Lunes 25 de julio de 2005

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Esta semana que pasó la pareja presidencial se vio envuelta en un escándalo más. Esta vez ambos personajes de la política mexicana salieron a los microfonos para rechazar categóricamente haber utilizado recursos públicos para aumentar su guardarropa, ante las insistentes acusaciones de legisladores y del órgano de control y vigilancia del Congreso; sin embargo, Vicente Fox y Marta Sahagún precisaron que no habían hecho uso de fondos presupuestales desde 2004 a la fecha, y la razón es que el último informe elaborado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) corresponde a 2002 y 2003, de tal manera que las auditorías practicadas a la administración en Los Pinos identifica dichos gastos en esos años principalmente.

Por tal motivo la vehemente explicación de la primera dama nada tiene que ver con los gastos que sí realizó en los años 2001, 2002 y 2003, cuando sí hizo uso del presupuesto para adquirir lujosa ropa y joyería. Asi que la afirmacion de que la ropa se la compra con dinero de su marido es puro cuento.

Entonces el informe de la ASF precisa claramente que dichos gastos corresponden a 2003, año en donde Marta Sahagún era lo que podría considerarse como una “cliente frecuente” de las prestigiadas boutiques de firmas internacionales Frattina, Loewe y Macario Jiménez, ubicadas en la lujosa colonia Polanco. Respecto a 2004, el auditor Arturo González de Aragón también encontró erogaciones que rebasan un millón de pesos en los gastos de guardarropa para el presidente y su esposa.

Al ir de compras, la primera dama recibe ese “plus” que otorgan estas lujosas tiendas y que consiste en “asesoría personalizada con expertas en moda”, así como “alteraciones y arreglos a la medida sin cargo adicional”, afortunadamente esto último para los mexicanos, porque esas adquisiciones se hicieron con recursos de origen público, aunque ahora Marta Sahagún niegue haber incurrido en dicho gasto y para evitar ser cuestionada precisa que no ha utilizado recursos publicos en 2004 y 2005.

Aun cuando el presidente Vicente Fox niega los excesos de su esposa Marta y dice ante la prensa, como ocurrió el jueves pasado, que el Congreso de la Unión engaña a la opinión pública con “cifras falsas” sobre el gasto ejercido a favor de “su mujer”, diversas facturas obtenidas de Los Pinos a través del Instituto Federal de Acceso a la Información advierten las importantes erogaciones de la primera dama, quien compra un “bolso Helen Napa 7000” por 6 mil 449 pesos, algo así como cinco salarios mensuales de un obrero; una “cartera Larga Napa 7000” por 3 mil 379 pesos, y un “Portacosméticos grande” con valor de mil 600 pesos, según la factura número 357, expedida por Loewe el 30 de septiembre de 2002.

El comportamiento que se observa a través de los documentos fiscales advierte un patrón de excesos. Por ejemplo, el 3 de septiembre de 2003 la misma tienda Loewe emitía la factura número 750 que refiere la compra de una chaqueta de mujer por un monto de 20 mil 104 pesos.

En este caso la Presidencia de la República justifica la compra al señalar que se trata de “vestuario general para actos oficiales de la gira a Monterrey y la comida con la Fundación Mexicana para la Salud A. C.”.

Si la evidente dilapidación fuera con recursos propios nadie reprocharía al presidente o a su esposa estas compras. Sin embargo, la adquisición de bolsas, faldas y vestidos, cuyos precios oscilan entre 5 mil y 12 mil pesos por prenda, resulta ofensiva para los 50 millones de mexicanos sumidos en la pobreza extrema.

Las facturas que comprueban la erogación que afecta la partida presupuestal 3825 (“Gastos inherentes a la investidura presidencial”) revelan que de 2001 a 2003, la Presidencia de la República invirtió en vestuario y accesorios 874 mil 912 pesos, mientras que los datos de 2004 y 2005 son omitidos por la dependencia en su respuesta.

De la información proporcionada se desprende que durante el primer año del gobierno foxista se destinaron 167 mil 60 pesos para compra de ropa; en 2002 se gastaron 321 mil 573 pesos y en 2003, último año que documenta la Presidencia, se invirtieron 386 mil 279 pesos.

Sin embargo, información del Congreso de la Unión sostiene que para este mismo concepto se destinaron 248 mil 900 pesos en 2001; 574 mil 899 en 2002; 954 mil 235 en 2003, y en 2004 los egresos ascendieron a un millón 458 pesos.

Como se recordará, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión determinó el pasado 20 de julio eliminar los gastos de la esposa del presidente de la República referentes a “atuendo de gala, vestuario general y accesorios personales, para el ejercicio fiscal 2006”, situación que molestó en demasía al mandatario mexicano.

De acuerdo con el dictamen aprobado por unanimidad la decisión se basa en “la oscuridad presupuestaria que la Presidencia de la República se ha empeñado en propiciar, con respecto al ejercicio de los gastos personales del titular del Ejecutivo y su indebida extensión a su cónyuge”.

Las faldas

A inicios de junio pasado, Vicente Fox declaró que parte del cambio que vive México se demuestra con “las faldas” de su esposa. De gira por Colima, el presidente dijo que “es un cambio que la primera dama, la señora Marta, haya tenido las faldas para demandar a una revista conocida (Proceso) por difamación, por calumnia, por meterse con su vida privada; que haya tenido las faldas para demandar a esta seudo periodista que sólo se ha dedicado a promover el engaño y la mentira. Es parte del cambio, nunca antes una Presidencia de la República, una primera dama se animó a enfrentar a la prensa, a la prensa en particular que calumnia”.

En efecto, Marta Sahagún tiene muchas faldas, pero costosas y finas y, lo peor, sufragadas con recursos extraídos de nuestros impuestos; como por ejemplo la adquirida el 22 de febrero de 2003, cuyo costo ascendió a 8 mil 855 pesos, según consta en la factura con número de folio A 4114 expedida por Frattina.

Febrero el mes del despilfarro. Por esos días, la esposa del presidente realizó varias compras en esa misma boutique. El 18 de febrero adquirió un vestido por 14 mil 260 pesos; el 19, otro vestido por 8 mil 855 pesos; el 20, un traje por 7 mil 935 pesos y una blusa por 5 mil 347 pesos; el 21 compró un saco por 14 mil 605 pesos; el 24, un traje por 15 mil 870 pesos; el 25, una blusa por 4 mil 312 pesos y un par de zapatos por 3 mil 565 pesos; el 27, un traje por 11 mil 143 pesos y una falda por 3 mil 139 pesos y el 28, un vestido por 2 mil 593 pesos.

Es decir que en 10 días Marta Sahagún se agenció una docena de prendas cuyo costo total ascendió a 100 mil 408 pesos. La Presidencia de la República señala que se trató de vestuario general para actos oficiales efectuados en Monterrey, Querétaro y Yucatán, además de la cena con el primer ministro de Canadá y la inauguración de la Asamblea Anual Pro-Finanzas y Micro Empresas A. C., durante el bimestre febrero-marzo.

Las visitas a la calle Edgar Alan Poe continuaron en marzo de ese año, pero los días 21 y 28 la primera dama cambio de boutique a Macario Jiménez. En estos dos días Marta Sahagun solo erogó 43 mil 527 pesos en media docena de prendas.

El primer día la esposa del presidente adquirió con dinero público un vestido naranja de flores por 10 mil 925 pesos, un chal naranja por mil 265 pesos, un collar Camello por 862 pesos y un traje por 10 mil 925 pesos. Y durante su segunda visita adquirió un par de vestidos por un monto total de 19 mil 550 pesos.

Los caros bolsos Loewe

Loewe fue la boutique que vistió a Marta Sahagún para la XI Conferencia de esposas de jefes de Estado. El 26 de septiembre de 2002 la lujosa compañía de modas de origen español emitió siete facturas con números de folio 342, 343, 344, 347, 348, 351 y 352, cuyo monto total ascendió a 72 mil 473 pesos.

El atuendo incluyó un par de chaquetas por 11 mil 480 pesos y 7 mil 688 pesos, respectivamente; un vestido de 8 mil 895 pesos, una camisa de mujer por 4 mil 663 pesos y un pantalón de lana por 4 mil 567 pesos.

Por concepto de accesorios la primera dama adquirió cuatro bolsos cuyos costos por separado se integran de la siguiente manera: bolso Altana por 7 mil 383 pesos, bolso Esencia Napa por 4 mil 784 pesos, bolso Egeo por 4 mil 567 pesos y bolso Fanny Napa por 4 mil 952 pesos. Además de una cartera por 2 mil 703 pesos y un portacosméticos de mil 930 pesos.

Contrario a estos gastos, el presidente Vicente Fox adquirió dos prendas cuyo costo total ascendió a 8 mil 854 pesos y que consistió en una “modesta” corbata de 5 mil 600 pesos y en una “pobre” camisa de 3 mil 254 pesos.

Otro bolso Loewe en poder de Marta Sahagún gracias a nuestros impuestos es el modelo Ayax con valor de 3 mil 400 pesos, y que fue adquirido el 30 de octubre de 2003, según consta en la factura con número 788.

En ese mismo documento fiscal se facturaron otras seis prendas: cinco top mujer cuyos costos ascendieron a 3 mil 139 pesos, mil 486 pesos, mil 626 pesos, mil 426 pesos y 2 mil 791 pesos, respectivamente, y un pantalón de lana por 3 mil 956 pesos.

Ante estos excesos y parafraseando un famoso comercial de tarjetas de crédito, los mexicanos podemos decir: pantalón Loewe, 5 mil 252 pesos, pantalón de lana, 4 mil 408 pesos; camisa de algodón mujer, 4 mil 234 pesos; vestido, 3 mil 660 pesos. ¡Que Marta Sahagún se vista con nuestros impuestos, no tiene precio! (Datos extraídos de la factura número 829, fechada el 8 de diciembre de 2003 por Loewe)..

La conclusion de todo esto es que nuestra primera dama de la nacion ya no asista a los actos oficiales, pues las arcas publicas corren el riesgo de quedar vacias antes de que concluya el sexenio y ni los ingresos por la venta de petroleo a Estados Unidos alcanzaran para los caprichos de Martita.

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