El Senado de la República tardó dos años en aprobar la eliminación de la llamada “Partida Secreta”, esto a petición del presidente Andrés Manuel López Obrador, en donde dicho gasto no era otra cosa más que el mandatario en turno (priístas y panistas) podía disponer de dinero público del presupuesto a su antojo y conveniencia, así como distribuirlo entre sus subalternos más leales, regalarlo a sus familiares y amigos, pagar favores a empresarios, comprar conciencias de políticos, sobornar a dueños de medios de comunicación y premiar a intelectuales y columnistas bien portados con el régimen. Fi…