Segunda parte. Hasta el sexenio pasado, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) fue utilizado por sus directivos como un negocio para realizar transferencias millonarias al sector privado y a cambio, éste aportó una proporción muy baja al presupuesto de ciencia y tecnología.
En el gobierno de Enrique Peña Nieto, Conacyt operó con una capacidad de articulación mínima, capacidades muy limitadas, una baja eficiencia en innovación y con gran dependencia tecnológica. En una radiografía del Conacyt, su directora general María Elena Álvarez-Buylla explicó, en una de las conferencias ma…