Lunes 15 de agosto de 2005

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Detenido la semana pasada en el aeropuerto de San Diego, California, por agentes de la Unidad de Investigación Criminal de Aduanas de Estados Unidos, el excuñado y exsocio de Raúl Salinas de Gortari, Juan Manuel Pasalagua Branch, fue deportado a México y ya se encuentra preso por el delito de defraudación fiscal dentro de la causa penal 47/2000, por mentir a la Secretaría de Hacienda y declarar ingresos menores por 2 millones 395 mil 189.53 pesos a los que percibió en 1993.

De acuerdo con el reporte de la Procuraduría General de la República, Pasalagua Branch tiene ahora 60 años de edad y era buscado por la justicia mexicana desde el 2001, cuando fue solicitada su detención provisional con fines de extradición internacional.

Siempre al servicio de Raúl Salinas, cuando la corrupción priista era intocable, Pasalagua era miembro de “La Pandilla” de Raúl, dedicada a saquear las finanzas públicas de la paraestatal Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo), en donde se desempeñaba como director de Comercialización Agropecuaria durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, lo que le dio impunidad durante 15 años para no pisar la cárcel. Otros miembros de “La Pandilla de Conasupo” eran Carlos Alamán Bueno, director de Miconsa (Maíz Industrializado Consaupo); Salvador Giordano, también director de Miconsa y después subsecretario de la Contraloría, a donde había sido enviado por el entonces presidente Carlos Salinas para cuidar las espaldas de su hermano Raúl y de todos los miembros de la banda, y Agustín Vargas, director de Comercialización.

Sin embargo, a finales del sexenio salinista, en 1993, la Secretaría de la Contraloría ya no pudo ocultar la corrupción de “La Pandilla” y el hilo se empezó a romper por lo más delgado, aunque siempre bajo la protección presidencial de que nada grave les pasaría, Pasalagua Branch fue inhabilitado por un periodo de 10 años para no volver a trabajar en el servicio público, al encontrarlo culpable y no poder ocultar su expediente de corrupción que en ese momento era ya manejado en los medios de comunicación.

Pero como un favor especial a la familia presidencial, la entonces Secretaría de la Contraloría General de la Federación (igual como ocurre ahora con la Secretaría de la Función Pública) nunca presentó denuncia penal alguna en contra del entonces cuñado de Raúl Salinas, cuando éste era el mandamás en Conasupo y manipulaba a los directores generales Ignacio Ovalle primero y después Javier Bonilla.

Según la ficha de sanción que aún se guarda en los empolvados archivos de la Secretaría de la Función Pública, Pasalagua Branch ordenó y tramitó la compra de 10 mil toneladas de frijol chino a un precio de un millón 58 mil 193 dólares, y con conocimiento de que no era apto para el consumo humano, ordenó su venta a millones de familias mexicanas de escasos recursos que adquirían sus alimentos en las tiendas Conasupo.

La complicidad gubernamental

El documento de la Contraloría señala así los hechos ilícitos en un expediente con fecha del 11 de marzo de 1993:

a. Con fecha 11 de mayo de 1989, Juan Manuel Pasalagua Branch firmó una carta dirigida a la empresa California Panamá Holdings Inc., comprometiendo a Conasupo a comprarle frijol chino (en descomposición), sin que dicha empresa se encontrara registrada en el Padrón de Proveedores, sin verificar su capacidad económica y legal, y sin contar con las autorizaciones correspondientes.

b. El 22 de mayo de 1989, Pasalagua dio instrucciones a Julio Pierre Audain Genie, gerente de Comercio Exterior de Conasupo, para que a su vez indicara a César Camacho Félix, gerente jurídico del mismo organismo, se otorgaran las facilidades para que el representante de la empresa vendedora del frijol chino pudiera suscribir el contrato respectivo a sabiendas de que no cumplía con los requisitos legales.

c. Con fecha 25 de mayo de 1989, el excusado de Raúl Salinas autorizó con su firma el contrato número 1FR-017/89, para la compra-venta de 10 mil toneladas de frijol chino, sin contar con las firmas mancomunadas del director de Finanzas y del contralor general; sin exigir al proveedor la garantía por el 10 por ciento de la operación, contratando con una empresa a la que se negó el registro en el Padrón de Proveedores por no cubrir los requisitos legales, además de no informar a las dependencias competentes de la celebración de dicho contrato, impidiéndoles con ello ejercer sus facultades de supervisión y vigilancia.

d. No ordenó verificar que la calidad del producto que se recibió por parte de la empresa proveedora, fuera de las características contratadas, dado que se recibió un producto que según pruebas de laboratorio no era apto para el consumo humano.

e. No ordenó la demanda de rescisión del contrato o exigió su cumplimiento, a pesar del atraso en la entrega de la garantía y del producto.

Por ese motivo, señala el documento de la Contraloría, con fecha 11 de marzo de 1993 y después de desahogar el procedimiento administrativo, sólo se impuso a Juan Manuel Pasalagua una inhabilitación por 10 años para desempeñar cargo o comisión en el servicio público.

En este caso de corrupción criminal por atentar contra la salud y la vida de millones de mexicanos que consumieron ese frijol chino podrido, también tuvieron alguna intervención otros funcionarios de Conasupo: Julio Pierre Audain, gerente de Comercio Exterior; César Camacho Félix, gerente jurídico; Guillermo Teutli Otero, contralor general; Juan Francisco Castellanos Esparza, gerente comercial de maíz, frijol y arroz; Enrique Giles Alcántara, director de Comercialización Agropecuaria, y José María Ortega Padilla, también director de Comercialización Agropecuaria, pero a éstos burócratas no se les instruyó procedimiento administrativo alguno.

Sin embargo, a pesar de la inhabilitación a Pasalagua, éste fue protegido por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari para que en aquellos años no fuera acusado penalmente por los delitos de tráfico de influencias, colusión, soborno, chantaje y responsabilidad administrativa, lo que obligadamente lo hubiera llevado a prisión. Por eso ahora sólo recordamos ese hecho de corrupción que quedó impune y que es atribuible al clan Salinas.

Córdoba y Salinas regresan

En 1997, en una fotografía publicada en un diario capitalino aparecía José Córdoba Montoya con un directivo de la empresa francesa Alsthom mientras desayunaban en un restaurante del hotel Camino Real, lo que alertó a la opinión pública sobre el tráfico de influencias que el exasesor de Carlos Salinas de Gortari realizaba a favor de la firma francesa para ganar una licitación internacional convocada entonces por el Sistema de Transporte Colectivo Metro para adquirir 28 trenes.

Las sospechas en torno a la “amistad” de Córdoba Montoya con los empresarios franceses aumentaron cuando el consorcio que competía contra Alsthom por el jugoso contrato era descalificado por la administración del Metro, a cargo en ese momento de Alfonso Caso. Sin embargo, la española CAF, la japonesa Mitsubishi y la mexicana ICA impugnaron esa decisión ante el entonces secretario de la Contraloría, Arsenio Farell Cubillas, quien ordenó la suspensión del fallo y así estuvo hasta 2002, cuando bajo la administración perredista se otorgó el contrato a CAF por más de 428 millones de dólares para construir no 28 sino 45 trenes.

En 2003, la Unidad Especial contra la Delincuencia Organizada de la PGR revelaría que contaba con pruebas de los cheques por 800 mil dólares que Alsthom depositó en bancos suizos a favor de Alfonso Caso, luego de que las gestiones de Córboba Montoya habían sido insuficientes para lograr el contrato del Metro.

Desde entonces, el Metro no ha convocado a nuevos concursos, en Guadalajara aún se analizan las opciones para mejorar el transporte público, mientras que en Monterrey el gobierno de Natividad González Parás otorgó, en medio de un proceso no menos controvertido y cuestionado, un contrato por 250 millones de dólares a Siemens y Bombardier para abastecer los trenes que operarán en la ampliación de la línea 2, a pesar de que la empresa alemana se encuentra inhabilitada por la Secretaría de la Función Pública.

Así que para Alsthom la gran apuesta es el contrato por 600 millones de dólares para el tren suburbano del Valle de México que comunicará al Estado de México con el Distrito Federal. Por ello, la firma francesa echa mano de todas sus cartas para retomar su posición como el principal proveedor de trenes de México luego de que durante los últimos años nos ha vendido más de mil 400 vagones gracias a la relación preferencial que los gobiernos priistas otorgaron a esta empresa, pues fue el gobierno de Charles De Gaulle el que liberó los cuatro créditos que permitieron a más de 60 compañías francesas participar en la construcción del Metro en la ciudad de México. En total, los franceses ayudaron a que los gobiernos priistas a cargo del Distrito Federal se endeudaran con casi 12 mil millones de dólares.

Vuelven los amigos de Salinas

El tren suburbano, sin embargo, involucra por primera vez intereses de los grupos de poder del gobierno perredista capitalino con el PRI en el estado de México y con el gobierno de Vicente Fox, el cual observa en este contrato la última oportunidad de cerrar su administración con una gran obra de infraestructura ante la falta de logros.

Pero en la recta final se repite la historia de 1997: el pasado 27 de junio CAF impugnó la descalificación que le aplicó la SCT a favor de Alsthom y públicamente denunció que las autoridades federales favorecían a la firma francesa que, en esta ocasión, decidió asegurar el apoyo de las fuerzas políticas y económicas del estado de México al asociarse con la constructora Hermes de Carlos Hank.

Además, en una fórmula que parece infalible, Alsthom reforzó la conformación de su consorcio con la participación de su antiguo socio Carlos Abedrop, presidente del Grupo Empresarial Olmeca, con quien ganó el proceso de privatización de los talleres de servicios de Ferrocarriles Nacionales.

Abedrop, padrino de Carlos Salinas de Gortari y uno de los empresarios beneficiados durante su administración, representa además un interesante vínculo con el gobierno capitalino, pues es uno de los hombres de negocios que están cerca de Andrés Manuel López Obrador y que junto Carlos Slim impulsó los proyectos de inversión en la ciudad de México.

Aún más, Abedrop es reconocido entre la comunidad empresarial por su cercana relación con el gobierno francés y por su gestoría en negocios con el sector público. Fue él quien en Mexicana de Aviación abrió la puerta para que Airbus cerrara una de las ventas más importantes en su historia.

Y aunque históricamente el Grupo ICA de Bernardo Quintana había participado con CAF en licitaciones de este tipo, al parecer la participación de Abedrop en su consejo de administración determinó que, en esta ocasión, la constructora más importante del país se decidiera por Alsthom. En esta reunión de amigos no podía falta Córdoba Montoya como lo dio a conocer en La Jornada el reportero Víctor Cardoso, quien reveló que ahora el ex asesor de Carlos Salinas de Gortari participa en el Grupo Inverse de Carlos Abedrop, el cual tiene el 25 por ciento del consorcio formado por Alsthom a través de su subsidiaria Alsthom Transporte.

Con estos antecedentes, nadie dude que Carlos Salinas de Gortari ha vuelto a las andadas, y de ganar el PRI la Presidencia de la República repetirá con mayor fuerza uno de los grupos políticos más poderosos y perversos que haya habido en la historia mexicana.

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