En las últimas semanas, dos movimientos en el gabinete y cuatro procesos judiciales han dejado en claro que Andrés Manuel López Obrador no bromea en dos puntos: austeridad y cero impunidad. Primero, la renuncia del panista Germán Martínez al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en donde pretendía, como se hacía en el pasado, gastar el presupuesto público sin control, igual que cuando sirvió a su jefe Felipe Calderón en uno de los sexenios de mayor corrupción gubernamental. Por cierto, Martínez fue secretario de la Función Pública y desde ese cargo nada hizo contra la corrupción. Este…