Las facilidades que el gobierno federal ha dado para la asignación de contratos de manera directa o por invitación restringida, es decir sin licitación y otros por dedazo, empieza a generar serios problemas de corrupción por los moches que algunos funcionarios exigen a las empresas. Lo que se consideró como una ventaja al disminuir los plazos de contratación y compras de bienes y servicios y, al mismo tiempo, eliminar la carga burocrática y obtener mejores precios para el gobierno porque las empresas ya no tendrían que pagar sobornos, empieza a enfrentar una seria crisis en paraestatales tan i…