Lunes 20 de octubre de 2008

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El descontrol y miedo al crimen organizado, representado por los cárteles de la droga, hacen ver al inexperto gabinete del gobierno federal fantasmas por todos lados. Un ejemplo del terror en el que viven los funcionarios bisoños del equipo compacto de Felipe Calderón Hinojosa, son los reportes de inteligencia y seguridad nacional en donde se advierte del riesgo que corren por las “amenazas” que, según dicen, hay en contra de sus vidas.
En dicha información se asegura, por ejemplo, que el bisoño secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño (quien ha implorado a su jefe Calderón lo sustituya de inmediato porque ya no puede con las presiones y amenazas), sufrió un atentado en la ciudad de Oaxaca y por ello el Estado Mayor Presidencial ha incrementado su seguridad, de la cual están excluidos los agentes de Gobernación y de la Procuraduría General de la República, pues éstos han sido infiltrados por el narcotráfico en todos sus niveles.
Pero la paranoia y miedo que viven en el gabinete va más allá y los informes de inteligencia aseguran que “grupos subversivos”, y señalan específicamente al Ejército Popular Revolucionario (EPR), tienen planes de atentar contra la vida del secretario Mouriño, supuestamente “para impedir que sea el candidato panista a la Presidencia de la República en las elecciones de 2012”.  Como si la población ignorara que el joven Mouriño prácticamente es un cadáver político, después de que se hicieran públicos los contratos que firmó como empresario y burócrata con la paraestatal Petróleos Mexicanos, en un claro y abierto conflicto de intereses.
Aún más con la “inteligencia” que desarrollan los órganos de seguridad nacional del Estado: “El EPR ha establecido vínculo con bandas del narcotráfico, a las que apoya para el trasiego de droga por los territorios en donde tiene presencia, que son los más pobres del país”. Desde luego que estas fantasías informativas pretenden, primero, meter miedo a los jóvenes burócratas que dirigen hoy el país, y después justificar el incremento del presupuesto a los órganos de seguridad pública, a pesar de su ineficacia para combatir a las bandas delincuenciales y a la evidente corrupción en que han caído las secretarías de Estado, los organismos descentralizados y las empresas paraestatales; además de permitir la operación del crimen organizada.
Así justifican los secretarios de Estado el incremento de su seguridad personal con efectivos del Estado Mayor Presidencial. Pero en lugar de andarse escondiendo en las cachas de las pistolas del Ejército, la burocracia debería rendir cuentas a los mexicanos y explicar qué han hecho con los excedentes petroleros; qué negocios planean con las empresas privadas, nacionales y extranjeras, del gas; cómo evaden al fisco los consorcios empresariales; quién permite la especulación con el dólar, y a dónde va a parar el dinero público destinado a obras sociales, por ejemplo.

Las compras de pánico del Cisen
Mientras el trasiego de drogas por México se mantiene y las mafias han ordenado más de 5 mil asesinatos desde diciembre de 2006 a la fecha, exactamente cuando Felipe Calderón tomó la Presidencia de la República, el presupuesto del Centro de Investigación y Seguridad Nacional se ha incrementado.
En un amplio reportaje de los reporteros Zósimo Camacho y Erika Ramírez (publicado en la revista Conralínea), el Cisen es la dependencia que más vio crecer su presupuesto de 1996 a 2007, al pasar de 239 millones 113 mil 900 pesos a 1 mil 114 millones 398 mil 723 pesos, es decir 466 por ciento más.
De acuerdo con el Análisis funcional programático económico del Presupuesto de Egresos de la Federación de 2008, el Cisen dispone de 1 mil 270 millones 486 mil 462 pesos. En un año, el presupuesto del centro creció 11.3 por ciento, es decir, 156 millones 87 mil 739 pesos. Del presupuesto asignado, el Cisen erogará 955 millones 386 mil 462 pesos por concepto de “Servicios personales”; 277 millones 656 mil 714 pesos por “Servicios generales”; 36 millones 943 mil 286 pesos por “Materiales y suministros”, y 500 mil pesos por el Servicio Profesional de Carrera en el centro.
De la activa rotación de personal en el centro da cuenta el documento Comparativo del presupuesto asignado –elaborado por el Cisen y obtenido por la revista Contralínea a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental– y la respuesta a la solicitud de información 041000001608. El comparativo informa de una partida en 2006, por 80 millones 800 mil pesos para la creación de plazas, mientras que la respuesta a través del IFAI dice que en 2007 se crearon 56 plazas “con un impacto presupuestal” de 24.5 millones de pesos, es decir, por cada nuevo contratado el Cisen eroga 36 mil 500 pesos mensuales.
Pero la desgracia del abuso de recursos públicos por parte de este órgano de seguridad nacional, es que el dinero de los mexicanos fue utilizado en el Cisen para la compra de discos compactos para spining y pilates, utensilios para el aseo personal, uniformes de bomberos y médicos.
Aún más, como los agentes del Cisen necesitan estar en forma para vigilar a los opositores políticos del gobierno en turno, este centro “cuenta con un gimnasio, el cual es un espacio común, propio para el esparcimiento y convivencia de los servidores públicos adscritos al mismo. El gimnasio cuenta con aparatos de ejercitación estática, así como área para la práctica de aeróbicos. En razón de lo anterior, se requiere de provisiones para su uso y mejor aprovechamiento (…) Diariamente se ofrece el servicio de comedor. Los parámetros de higiene y servicio son comparables con los estándares comerciales, por lo que cuenta con la certificación ISO 9001 desde diciembre de 2003. Es así que este Centro adquiere material adecuado para facilitar dicha asistencia”.
La anterior es la repuesta que ese organismo de “inteligencia y contrainteligencia” del Estado mexicano dio a una solicitud de información 0410000014008 presentada por un ciudadano que no se identificó, a través del Sistema de Solicitudes de Información del Instituto Federal de Transparencia y Acceso a la Información (IFAI).
El peticionario había escrito: “Quiero saber para qué necesita el Cisen los siguientes productos de su Programa Anual de Adquisiciones 2008, publicado en internet: CDs para aerobics, CDs para pilates, CDs para spining, cotton pads 4 pulgadas para limpiaplacas Omega, máquina para cortar cabello y abrelatas fino de mesa para uso profesional” (sic).
El agudo ciudadano también quiso saber porqué el Cisen compra “máquinas para cortar patillas y barba, bases para calentar cera depiladora, cepillos para desenredar cabello y peines”. Y en repuesta a la solicitud 0410000013908, el organismo de “inteligencia” informó que cuenta “con una peluquería con el fin de satisfacer las necesidades primarias de higiene de los servidores públicos adscritos al Centro, por lo que requiere allegarse de material propio para dicha asistencia”.
Días después de recibir tales solicitudes de información, el Cisen retiró de su página electrónica el desglose de su programa anual de adquisiciones 2008. Ahora sólo aparece por rubros.
Sin embargo, la licitación pública 041000001–010–08, publicada en el Sistema Electrónico de Contrataciones Gubernamentales, señala que el centro está próximo a adquirir 25 “gogles de protección con micas intercambiables”; 20 fajas elásticas de nylon; 27 fajas sacrolumbares, y 40 fajas sacrolumbares con tirantes. Además, seis pantalones con tirantes para bombero; seis pares de botas para bombero; seis monjas (capuchas) para bombero; seis cascos para bombero y cuatro uniformes para bombero. También cinco filipinas para enfermero; tres pantalones para enfermera; 15 batas para médicos; un par de zapatos tenis para mujer y uno para hombre; 25 gorros de cocina; 81 batas industriales, y 78 pantalones negros “unisex”.
Entre otros artículos, el Cisen adquirirá 128 pantalones para hombre; 128 camisolas para hombre; 81 batas; 50 pantalones para mujer; 130 pares de medias botas para hombre; 52 pares de zapatos para mujer; 72 pares de zapatos choclo; 10 pares de zapatos de vestir; 76 impermeables tipo gabardina; dos conjuntos de “pans” para mujer y dos para hombre; 100 guantes de piel para electricista; 60 pares de guantes de carnaza suave para electricista; 15 overoles; tres cobertores matrimoniales; tres cobijas matrimoniales; tres edredones matrimoniales; tres juegos de sábanas matrimoniales; 50 cobertores individuales; 50 edredones individuales; 50 almohadas; 50 cobertores individuales; 50 juegos de sábanas individuales; 12 pares de botas blancas, y 54 filipinas de chef.
Y, según la licitación 041000001–003–07, antes de que termine el tercer trimestre del año, el Cisen habrá adquirido 1 mil 900 aromatizantes ambientales en aerosol; 200 absorbedores aromatizados y 60 atomizadores cilíndricos “de plástico rígido”.

Sin agenda nacional de riesgos
Para el experto en seguridad nacional, Guillermo Garduño, las aparentes incongruencias en las erogaciones por artículos y servicios sólo serían una muestra de la decadencia del Cisen. Éste padece una “incapacidad para elaborar una agenda permanente de información sobre seguridad nacional, pues todo lo resuelve a bomberazos”.
Catedrático e investigador por la Universidad Autónoma Metropolitana, quien también ha sido profesor en el propio Cisen, el Colegio de la Defensa Nacional y el Heroico Colegio Militar, Garduño dice que el Cisen es una estructura que ya no debería existir, pues más que una agencia de seguridad nacional, se ha convertido en una oficina que tiene como objetivo la defensa del régimen en turno y de los políticos en el poder. Así, “se viene considerando al disidente como enemigo”.
Otro de los expertos en el bajo mundo de la inseguridad nacional, es Jorge Carrillo Olea, quien fue el primer director del Cisen –una vez concluida la etapa de la Dirección General de Investigación y Seguridad Nacional  en 1989–, quien sostiene que el principal problema es la incapacidad para elaborar, siquiera, una agenda nacional de riesgos. El trabajo del Cisen “es deplorable, advierto una gran descoordinación: cada quien jala por su lado”. Agrega que el centro está metido “en asuntos que no le competen y en una gran desorganización”.

El también exgobernador de Morelos dice que por “desprecio” y “desconocimiento” nadie está dirigiendo el esfuerzo nacional de inteligencia.
Según Carrillo Olea, desde la llegada de Ernesto Zedillo a la Presidencia de la República se canceló el proceso de integración de una política de inteligencia. “Tenemos ya un acumulado de 15 años de abandono de la dirección de la inteligencia”.
El Cisen fue instaurado formalmente el 13 de febrero de 1989. Con la creación del centro se dio por concluida la etapa de la DGISN que había sido fundada cuatro años atrás, al fusionar a la Dirección Federal de Seguridad y la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales. A finales de la década de 1980 el gobierno federal ya no tenía empacho en reconocer los “excesos” que la policía política había cometido durante la guerra sucia.

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