Reincorporado por el presidente Andrés Manuel López Obrador a la administración pública federal 28 años después de que saliera de la Dirección General de Conasupo (Compañía Nacional de Subsistencias Populares), el entonces político priísta Ignacio Ovalle Fernández regresa como titular de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), que no es otra cosa más que la empresa paraestatal que fusiona a Diconsa y Liconsa, sucesoras de la desaparecida Conasupo.
Pero recordar a Ovalle Fernández como director general de la extinta Conasupo es volver a hablar de Raúl Salinas Gortari, quien se desempeñó como gerente general de Diconsa (Sistema de Distribuidoras Conasupo) y director de Planeación y Programación Presupuestal de Conasupo en el sexenio de su hermano Carlos Salinas de Gortari.
Esa etapa laboral que hizo coincidir a ambos políticos en Conasupo se explica como una relación perversa y sumisa de Ovalle como director general ante Raúl Salinas, quien con un cargo inferior era quien mandaba en esa empresa del Estado y orquestaba una complicidad de corrupción en la compra y distribución del abasto de alimentos destinados a la población más pobre del país.
La pésima gestión de Ovalle Fernández al frente de Conasupo en el gobierno salinista, que aunque duró apenas 2 años (1988-1990) le dio tiempo a él y a Salinas para que, junto con una pandilla de funcionarios (Juan Manuel Pasalagua, Salvador Giordano, Julio César Ruiz Ferro y Guillermo Knockenhauer), desviaran recursos y se aprovecharan con la compra de maíz para puercos y distribuirlo entre la población, adquirir frijol con gorgojo e importar –con comisiones de por medio– grandes cantidades de leche en polvo, lo que causó la debacle entre productores mexicanos.
Pues ese exdirector de Conasupo y ahora titular de Segalmex, Ignacio Ovalle Fernández, tiene un nuevo subalterno y cómplice en la adquisición de productos agrícolas: René Gavira Segreste, director de Finanzas y Planeación, quien realmente tiene el control del manejo del presupuesto y las compras directas de productos alimenticios.
Este nuevo equipo nombrado al frente de Segalmex adjudicó dos jugosos contratos por unos 2 mil millones de pesos para rentar 800 tráileres durante 2 años y así distribuir los cargamentos a las 27 mil tiendas rurales.
Se trata de la licitación pública nacional LA-008JBP999-E36-2019, para el arrendamiento sin opción a compra de vehículos terrestres de carga y gran carga, que concluyó el 20 de septiembre pasado, y que compromete recursos públicos por 1 mil 977 millones 633 mil pesos sin IVA.
En ese procedimiento se adjudicaron contratos a las empresas Jet Van Car Rental, SA de CV (que concentra la mayoría del presupuesto en un 87 por ciento: 1 mil 714 millones 848 mil pesos sin IVA), y Lumo Financiera del Centro, SA de CV Sofom ENR.
En el primer caso, Jet Van Car rentará 600 camiones 4 x 2 (Rabón) con carrocería tipo estacas, con un costo mensual de 25 millones 728 mil pesos sin IVA, y un subtotal también sin IVA y a 48 meses (el tiempo que dura la contratación), de 1 mil 234 millones 944 mil pesos.
Además, esta misma empresa rentará a Segalmex durante 2 años 100 tractocamiones 6 x 4 quinta rueda, con caja, por un costo mensual de 9 millones 998 mil pesos sin IVA, y un subtotal por los 48 meses de 479 millones 904 mil pesos.
Otros datos sobre esta empresa Jet Van Car, también de las consentidas por la Secretaría de Gobernación, cuando el titular era Miguel Ángel Osorio Chong en el gobierno de Enrique Peña Nieto, son los contratos que le asignaron de manera directa, bajo el concepto de “seguridad nacional” en 2018.
Apenas el año pasado, Gobernación le entregó el contrato SG/CPS/13/2018, por un monto de 6.6 millones de pesos, a Jet Van Car para el servicio de mantenimiento preventivo y correctivo al parque vehicular multimarca de la Segob y para el Centro de Producción de programas informativos y especiales (partida 5 Cepropie).
En el caso de la sociedad financiera de objeto múltiple Lumo, ésta le arrendará 100 camiones 6 x 4 (Torton) con carrocería tipo granelera y/o caja seca, con un costo para el erario mensual de 5 millones 474 mil 700 pesos, y con un subtotal a 2 años de 262 millones 785 mil 600 pesos. Ambos montos, sin IVA.
Jet Van Car, con RFC: JCR040721NU2, se constituyó el 21 de julio de 2004 y está representada por Mariano Miranda Noguez. Y Lumo Financiera del Centro se constituyó en 2011 como una Sofom entidad no regulada “especializada y enfocada en el sector gobierno, para atender necesidades de financiamiento y arrendamiento en el sector público”, de acuerdo con notas periodísticas, esta empresa es propiedad del político priísta mexiquense Luis Humberto Montaño García.
Adjudicaciones directas de Segalmex
Una fuente de Segalmex explicó que entre los muchos problemas que enfrenta esta empresa del Estado son las compras de leche sin licitar por parte de Liconsa, porque eso permite casos de corrupción a través de comisiones y sobornos.
Además, el director de Finanzas y Planeación, René Gavira, ha despedido a más de 40 funcionarios, incluidos los químicos encargados de mantener la calidad de la leche.
Esto ya ha generado problemas. Por ejemplo, el DIF de la Ciudad de México distribuye para consumo 1 millón de productos en tetrapack diarios para desayunos escolares, y aunque la leche de Liconsa es muy buena por las vitaminas con que está adicionada, no les gusta a todos los niños y hay mucha devolución que se echa a perder.
Esos desayunos escolares que son regresados por algunas escuelas en cajas de leche de 250 mililitros, tienen un promedio de devolución de entre 5 y 8 por ciento del total, y las razones que indican son: que la leche tiene mal sabor, que las cajas están aplastadas (el tetrapack que hacía Alpura era más resistente) y muy eventualmente se quejan de que llevaban insectos.
Esos empaques tetrapack se hacían en la planta de Anáhuac de Alpura, pero ahora se asignó el contrato directamente a otra empresa para la compra de 30 millones de bobinas (cajas tetrapack).
Como las plantas de Liconsa tienen 75 años de antigüedad, se necesitan alrededor de 500 millones de pesos para su rehabilitación, pero por la austeridad no hay recursos, al grado que ni agua hay en las oficinas centrales.
Para solventar esa situación, dice el informante, se inventaron el término de coproducción, para no decir claramente que se trata de una maquila, sin importar que las empresas privadas incumplen con los contratos y con la normatividad y la calidad de los productos, en perjuicio de la alimentación de los niños y niñas.
En los 800 tráileres que rentó Segalmex para el abastecimiento de las 27 mil tiendas que tiene en áreas rurales, los cargamentos de arroz, maíz, trigo y frijol, entre otros productos, no tiene en dónde guardarlos, porque no hay centros de acopio, se quejan trabajadores de la empresa paraestatal.
Sin duda que ante tales señalamientos, la Secretaría de la Función Pública, a cargo de la doctora Irma Eréndira Sandoval, podría revisar las compras que hace Segalmex, para evitar que pueda convertirse en lo que un día fue la vieja Conasupo y la corrupción de funcionarios abusivos.
Miguel Badillo