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Hace unos días, el gobierno de Estados Unidos giró órdenes de aprehensión contra Manuel Bribiesca Sahagún, hijastro Vicente Fox, expresidente panista que junto con Felipe Calderón encabezan la “oposición tuitera” contra el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La revista Proceso publicó que bajo el expediente criminal 08CR4274-JAH, abierto en diciembre de 2008 en la Corte del Distrito Sur de California, se acusa a Manuel Bribiesca de fraude electrónico, conspiración, complicidad y encubrimiento, según investigaciones de la agencia policial estadunidense FBI.

Esta nueva crisis legal en la que se ve envuelto el primogénito de la exprimera dama a nadie debe sorprender, pues es sólo un ejemplo de la corrupción en que ha vivido esa familia desde que Marta Sahagún se casó con el inútil de Fox y aprovechó el poder que da la Presidencia de la República para que sus “hijitos” traficaran con influencias, para mediar contratos entre el gobierno y empresas privadas, como fue el caso de Oceanografía.

Durante el gobierno foxista y después en la administración de Felipe Calderón, Contralínea dio cuenta oportuna de esa corrupción en la que los Bribiesca estuvieron involucrados en 12 años de gobiernos prianistas, y que lograron evadir la justicia cuando los órganos responsables y el propio Congreso fueron cómplices para impedir que se llevara a juicio a Manuel Bribiesca, a sus hermanos y a su madre.

El propio Manuel Bribiesca aceptó en dos entrevistas publicadas en esta columna haber hecho gestiones ante varias secretarías de Estado, así como la petrolera Pemex, para favorecer a grupos empresariales con contratos de obras y servicios públicos, lo que confirma su tráfico de influencias.

Con motivo de la causa penal que ahora enfrenta el primogénito de Marta Sahagún en una corte de Estados Unidos, recordamos parte de las dos entrevistas que le hicimos a Bribiesca, en donde reconoce que su hermano Jorge y su tío Guillermo realizaron gestiones a favor de la empresa Oceanografía para la obtención de contratos en Pemex.

Primera entrevista con Manuel Bribiesca:

—¿Tú y tus hermanos negociaron en Pemex que otorgara contratos a empresas privadas?

—Te debo decir que sí; mi hermano (Jorge) y mi tío (Guillermo) llamaron a Pemex para que le dieran un contrato a Oceanografía. Eso sí, siempre con apego a la legalidad, mediante concurso. Esa empresa dedicada a trabajos petroleros, mi hermano y mi tío conocen bien a los dueños. Así que no tiene nada de malo que soliciten en Pemex que se tome en cuenta a Oceanografía para ese contrato.

—Manuel, hablamos de un contrato de 160 millones de dólares que significa tráfico de influencias, porqué lo hacen a cambio de una comisión. Tu familia puede verse involucrada en acusaciones de corrupción.

—No, no, no. Nosotros no tenemos dinero y no hemos hecho ningún negocio sucio. Mi familia no tiene ni un quinto, que nos busquen.

—Pero sí solicitaron el favor en la Dirección General de Pemex…

—Sí. Ellos lo hicieron por la relación que tienen con los dueños de Oceanografía. Además, se trata de un negocio que la operación del buque significa sólo 60 millones de dólares, así que hay utilidades por 100 millones (de dólares).

—Es mucho dinero…

—Sí, y no hay nada ilícito.

—Es tráfico de influencias. Pero además te acusan de introducir mercancías de contrabando al país…

—No, no, de eso no haya nada, yo no tengo nada que ver con aduanas ni con Gil Díaz. No es mi amigo. Eso no es cierto, son difamaciones. Que nos busquen y no van a encontrar nada.

—¿Dices que no tienen dinero, que tu familia no tiene recursos?

—No tenemos nada. El hecho de que mi mamá y el presidente vivan en Los Pinos, no ha significado para nosotros tener dinero…

—No tendría por qué…

—Bueno, como sabes, quitaron la partida secreta, ya no dan esos recursos, por eso no tenemos dinero. El presidente Fox se ha opuesto a que nos acerquemos a Los Pinos. Tenemos prohibido hacer cualquier negocio que se relacione a la Presidencia de la República, pero tenemos que ganarnos la vida, y no porque mi mamá viva con el presidente nosotros vamos a dejar de trabajar.

—¿Trabajar. Tú hiciste negocios en Pemex?

—No, nada tengo que ver allí, los que llamaron fueron mi hermano (Jorge) y mi tío (Guillermo). También a mí se me acusaba de tener negocios con Carlos Ahumada, pero eso no es cierto. Un día él me invitó a ver un partido de fútbol, de su equipo León, y yo asistí al palco y allí platicamos brevemente y nos tomaron fotos, pero nunca tuve una relación con él, ni hice negocios.

—¿Y las acusaciones de corrupción en tu contra…?

—Son falsas totalmente. Pero si quieres saber de corrupción, de verdadera corrupción, debes investigar a Ramón Muñoz, lo que hace en Los Pinos. A Francisco Gil, en Hacienda…

—¿Qué han hecho?

—Después hablamos de eso, por ahora te digo que no tengo nada ver con las acusaciones que me hacen. Sobre todo no tengo negocio alguno de qué avergonzarme.

—¿Y Gil Díaz?

—Sólo te digo algo, investiga los depósitos multimillonarios que ha hecho en China.

La segunda parte de la entrevista con el hijastro de Vicente Fox la publicaremos la próxima columna.

Miguel Badillo

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