La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no está acostumbrada a la transparencia, por lo menos en cuanto al gasto se refiere, pues prácticamente todo lo clasifican como reservado bajo el argumento de responder a actividades relacionadas con la seguridad nacional. Sin duda que una parte importante del presupuesto de la Defensa no se puede hacer pública por tratarse de asuntos que comprometen la compra de equipo de inteligencia o armas estratégicas para combatir al crimen organizado, pero hay rubros que sí deben ser claros y, sin embargo, sin razón alguna no lo son. Por ello son escasas las auditorías y revisiones al ejercicio del presupuesto que año con año se le asigna a la dependencia.
Un ejemplo de esos sectores que deberían ser transparentes porque no involucran asuntos de seguridad nacional es el relativo a los recursos autogenerados, rubro opaco en cuanto a su administración se refiere. Un caso de éstos es el uso que se le da a las utilidades que obtiene la Secretaría por la administración de tiendas y granjas, mismas que hasta ahora no han sido auditadas por autoridad alguna.
En ese sector se trata de 47 establecimientos que van desde las granjas, hasta las tiendas de autoservicio, hoteles, restaurantes y cines que brindan atención no sólo al personal militar sino a la población en general.
Los establecimientos están diseminados a lo largo del país y son controlados por la Jefatura de Tiendas y Granjas, que encabeza el coronel intendente diplomado del Estado Mayor Ignacio Torres Márquez, y que depende directamente de la Dirección General de Administración.
El dinero que maneja discrecionalmente esta última área por las utilidades que se obtienen del grupo de tiendas y granjas no es menor: de 2007 a abril de 2014, las ganancias ascendieron a 209 millones 870 mil 472 pesos, revela la propia Secretaría en la respuesta a la solicitud de información pública 0000700103914, hecha por esta columna.
Al informar el detalle de las utilidades, desglosa tres conceptos: tiendas, granjas y criaderos. Así, en esos 7 años 4 meses, las primeras le generaron recursos por 75 millones 758 mil 312 pesos; las granjas, por 53 millones 620 mil 252, y los criaderos, por 80 millones 491 mil 908 pesos.
En la misma solicitud de información amparada en la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, se le consultó a la Sedena el destino de esos recursos. De los 209 millones 870 mil 472 pesos que ganó, erogó más del 99 por ciento: 209 millones 449 mil 74 pesos.
Por concepto de incremento de capital a las instalaciones, gastó 18 millones 539 mil 855 pesos; por remodelación de instalaciones, 13 millones 323 mil 874; por gastos de operación y mantenimiento a mobiliario y equipo de las instalaciones, 33 millones 287 mil 540; en adquisición de mobiliario y equipo para las instalaciones, 68 millones 886 mil 367 pesos; por gastos de mantenimiento a inmuebles, 29 millones 740 mil 869 pesos; por dulces y juguetes proporcionados a niños derechohabientes internos de personal militar en la prisión militar (Campo Militar Número 1-A, Distrito Federal), 858 mil 851 pesos; por recursos asignados al criadero militar de ganado para su operación y mantenimiento, 44 millones 811 mil 717 pesos.
A pesar de estos gastos millonarios, al responder otra solicitud hecha por Oficio de Papel (con folio 0000700103814) respecto de las empresas que le han proveído de productos o servicios, la Sedena respondió: “se hace de su conocimiento que la Jefatura del Grupo de Tiendas y Granjas Sedena no cuenta con empresas proveedoras de productos y/o servicios”.
El área tampoco cuenta con personal asignado al cual le pague algún sueldo, como indica la Secretaría al responder la solicitud 0000700103614, en donde asegura que de esa Jefatura sólo depende el coronel intendente diplomado de Estado Mayor Ignacio Torres Márquez, quien es el jefe del Grupo de Tiendas.
Las tiendas y granjas datan del 6 de octubre de 1976, cuando se creó el Patronato Nacional de Tiendas y Granjas Agropecuarias Sedena, del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, por decreto presidencial de Luis Echeverría Álvarez.
Según información oficial de la Sedena, en las granjas se desarrollan actividades agropecuarias para apoyar la producción de alimentos y sus derivados, “con el fin de mejorar la alimentación y economía de los militares, sus familias y de la población en general”.
Para ello, vende los productos al público en general en las propias instalaciones militares, con lo cual se ofrecen precios competitivos con el mercado.
La versión oficial indica que los recursos que se obtienen por dichas actividades comerciales se emplean en las propias granjas –para mejorar sus condiciones de producción– y en la creación, remodelación y equipamiento de obras de beneficio para los integrantes del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos y sus familias.
Al responder la solicitud 0000700103714, la Sedena indica que cuenta con 47 establecimientos que dependen de la Jefatura de Tiendas y Granjas:
Las tiendas de artículos de primera necesidad: Minisúper Sedena (Lomas de Sotelo); Miniplaza Sedena El Vergel, Iztapalapa; Tienda Sedena El Huizachal; Tienda Sedena (Campo Militar Número 1-A); Tienda Sedena Santa Lucía Estado de México; Tienda Sedena San Miguel de los Jagüeyes, Estado de México; Tienda Sedena San Quintin, Baja California; Tienda Sedena Irapuato, Guanajuato; Tienda Sedena Sarabia, Guanajuato; Tienda Sedena Rancho Nuevo, Chiapas; Tienda Sedena Chicoasen, Chiapas; Tienda Sedena Cozumel, Quintana Roo; Tienda Sedena Santa María Rayón.
También cuenta con el establecimiento especializado en venta de artículos militares: Tienda Sedena Interior del Estacionamiento Centenario del Ejército Mexicano.
Cuenta con los centros comerciales: Centro de Atención Social para Militares Retirados; Centro Comercial Sedena Santa Gertrudis Chihuahua; Centro Comercial Sedena del Campo Militar Número 1-A; Centro Comercial Sedena Santa Lucía; Centro Comercial Sedena Tlalpan.
Las tiendas de artículos de primera necesidad con atención las 24 horas de los 7 días de la semana: Centinela Sedena (Temamatla); Centinela Sedena (Campo Militar Número 1-A); Centinela Sedena Héroes de la Revolución; Centinela Sedena Santa Lucía, Estado de México; Minicentinela Sedena del Hotel del Ejército y Fuerza Aérea.
Los restaurantes: Sedena Número 1; Sedena Número 2; Sedena Número 3; Sedena Centro de Atención Social para Militares Retirados; Área de Comida Rápida del mismo Centro; Módulo de Servicio de Cafetería (Retaguardia Oficina para Atención de Víctimas de Hostigamiento y Acoso Sexual).
Los cines Sedena Número 1 Centro de Atención Social para Militares Retirados; Sedena Número 2 Campo Militar Número 1-A; Sedena Número 3.
Los centros deportivos Sedena Lomas de Sotelo; Sedena El Huizachal; Sedena Santa Lucía.
Los hoteles: del Ejército y Fuerza Aérea (Lomas de Sotelo); Hotel Centenario del Ejército Mexicano. Los servicios funerarios Número 1 y Número 2.
El Criadero Militar de Ganado (Santa Gertrudis, Chihuahua); Granja Sedena Número 1 (Querétaro); Granja Sedena Número 2 (Oaxaca); Granja Sedena Número 4 (Aguascalientes); Almacén de Productos Avícolas (Azcapotzalco, Distrito Federal); Estacionamiento Centenario del Ejército Mexicano; y el Centro Comercial Santa Lucía.
Según una nota publicada por Notimex en 2013, las cuatro Granjas Sedena se caracterizan de la siguiente forma: una de ellas se localiza en la población de La Estancia, municipio de San Juan del Río, Querétaro, y cuenta con una superficie de 99 hectáreas, donde se tiene además bajo su cargo dos predios agrícolas.
Otra “es el denominado Rancho Nuevo Tequisquiapan, de 94 hectáreas, y la otra superficie es la conocida como La Llave, de 4 hectáreas.
“Otra granja se localiza en la plaza de Ciudad Ixtepec, en Oaxaca, la cual cuenta con una superficie de 894 hectáreas y se dedica a la engorda de toretes, por medio de pastoreo intensivo rotacional en potreros, para lo cual adquiere animales de la región con peso de entre 280 y 320 kilogramos, cruza de las razas Cebú y Suizo.
“Una más está ubicada en la plaza de Sarabia, en Guanajuato, y se trata de una instalación dedicada a la producción agrícola de granos, contando con 57.5 hectáreas de superficie para siembras de riego, que maneja dos ciclos de cultivo anuales.
“La cuarta granja está en el predio denominado La Fuente, en el municipio de Rincón de Romos, en Aguascalientes, la cual está dedicada a la producción agrícola, en especial de alfalfa y maíz forrajero, por ser cultivos que tienen demanda entre ganaderos de la región.”
Las fallas del Estado
Después de conocer el involucramiento del alcalde de Iguala y su esposa con la delincuencia organizada, en donde prácticamente ellos era los jefes de la banda de narcotraficantes conocida como Guerreros Unidos, la cual es supuestamente la responsable de la agresión y secuestro de los estudiantes normalistas rurales, la duda es cuántos presidentes municipales y gobernadores pertenecen a los cárteles de la droga, cuantos más les dan protección y algunos otros sólo son omisos para evitar ser asesinados junto con sus familias.
Sin duda alguna el organismo de inteligencia del gobierno federal que debería tener la respuesta y conocer qué servidores públicos están involucrados con el crimen organizado, es el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), órgano responsable de vigilar y proteger a la nación y a la sociedad de cualquier fenómeno que pueda vulnerar su seguridad y su tranquilidad social. Sin embargo, hasta ahora ha sido un fracaso porque lejos de disminuir la violencia y la complicidad de funcionarios de los tres niveles de gobierno con las bandas del narcotráfico, ésta se ha evidenciado sin que nadie diga algo de la actuación de este tipo de órganos encargados de la seguridad nacional.
En ese sentido, es relevante la investigación periodística que publica la revista Contralínea en su portada de esta semana y que firma el reportero Rogelio Velázquez, en el sentido de que el director general del Cisen, Eugenio Ímaz, quien ocupó el cargo desde el primer día que Enrique Peña Nieto asumió la Presidencia de la República, no tiene mérito académico alguno ni experiencia profesional en materia de seguridad para ocupar esa relevante responsable.
La información en cuestión revela que el director del órgano civil de inteligencia del Estado mexicano, Eugenio Ímaz Gispert, carece de experiencia académica que acredite su capacidad para estar al frente de la institución encargada de la seguridad nacional. Mientras que el Cisen, sin prueba alguna, lo presenta con el grado académico de licenciado, la Secretaría de Educación Pública rechazó que haya expedido cédula profesional con su nombre.
En la trayectoria laboral de Ímaz, éste no ha desempeñado cargos relacionados con la seguridad nacional; su formación incluye intentos por desarrollarse en la cinematografía, donde pudo participar como actor de reparto en una película de la actriz María Elena Velasco, conocida como la India María.
De entre quienes han ocupado la dirección del Cisen, Ímaz es el único que no cuenta con título profesional respaldado por la SEP. Especialistas y legisladores observan un retroceso en los esfuerzos por profesionalizar los servicios de inteligencia y lamentan que la sociedad pague con el desastre actual el que políticos sigan privilegiando el compadrazgo por encima de las capacidades y el talento en un rubro tan delicado.
El resultado, la grave crisis que enfrenta México, agudizada por la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas en septiembre pasado, que fue inadvertida por el Cisen.
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