Lunes 22 de Septiembre de 2008

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Los problemas en el Instituto del Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores no terminan. A la crisis financiera y administrativa que vive dicho organismo dependiente de la Secretaría del Trabajo, hay que sumar ahora el espionaje telefónico interno, la paranoia de empresas externas que han hecho negocios poco claros con el instituto y el temor legítimo de los directivos de Fonacot ante la inminente ola de despidos que se avecina por el desfalco que registra su contabilidad y las irregularidades administrativas en su operación.

La crisis en dicha empresa del Estado hace sospechar internamente de todos los trabajadores, quienes ya no laboran con confianza y entre algunos de ellos se han empezado a culpar por las decisiones que prácticamente ponen a Fonacot al borde de la quiebra y anulan su viabilidad financiera y bursátil, terreno que su actual director general Arsenio Díaz Escalante quiso explorar sin suerte alguna.

A lo anterior se agrega la manipulación de los informes que la administración de Fonacot ha entregado periódicamente al Consejo Directivo que encabeza el mismo secretario del Trabajo, Javier Lozano, quien además de estar  molesto por el engaño del que fue víctima, le preocupa los riesgos de la desaparición de un organismo creado para apoyar la economía familiar de millones de trabajadores y la crisis que se generará cuando el mercado de valores pierda la confianza y las calificaciones bursátiles del instituto se vayan por los suelos.

Por lo pronto, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores por conducto de su presidente decidió suspender las emisiones bursátiles de la cartera en crisis de Fonacot que, como bien explica la reportera Yenise Tinoco en la última revista Fortuna, era el proyecto estrella del director general Arsenio Díaz Escalante, quien en medio de la crisis sigue sosteniendo que no renunciará bajo ninguna circunstancia y que los graves problemas financieros que se reportan en las auditorías de la CNBV, son sólo equivocadas interpretaciones de los funcionarios de ese órgano de vigilancia del sistema financiero.

Pero esta suspensión de las emisiones bursátiles de Fonacot se mantendrá hasta que éste obtenga mejores resultados en la recuperación de su cartera, la cual registra bajos niveles de cobranza y flujos inciertos de capital. De acuerdo con fuentes internas de la Comisión, al concluir la visita de inspección, realizada de enero a junio de 2008, la CNBV manifestó su preocupación de que el instituto sea emisor de certificados bursátiles, ya que un problema como éste representaría daños a otros emisores, especialmente en el entorno de volatilidad macroeconómica que presenta el país en este momento.

Sin embargo, al quite ya entró hasta la Secretaría de Hacienda, en donde su titular Agustín Carstens ha ordenado a la subsecretaría del ramo una revisión profunda de las cuentas de Fonacot, pues también prevé que se avecina una tormenta en ese instituto.

La crisis de Fonacot no es nueva y ya desde el año pasado la periodista Claudia Villegas advertía con veracidad en la publicación financiera de El Semanario los problemas administrativos y de operación de dicho fondo. Escribía: “El rescate de Fonacot podría opacarse ante la posible responsabilidad de su actual director general, Arsenio Díaz Escalante, en la asignación de contratos por más de 12 millones de dólares con escasos resultados para la operación del fondo.

“Considerada una de las instituciones estrella del gobierno foxista; un ave fénix que resurgió de las cenizas: Fonacot mantiene la preferencia y la confianza de los inversionistas. Sin embargo, la política de adquisiciones y asignaciones aplicada por la dirección general de este fondo durante los últimos dos años, podría nublar su desempeño.

“Con más de 7 mil 250 millones de pesos obtenidos a partir de colocaciones y bursatilizae su cartera, Fonacot, se convirtió, tan sólo después del Infonavit, en el organismo con la incursión más activa en el mercado nacional de deuda. Su bajo nivel de riesgo, con ingresos que provienen del descuento directo de la nómina de los trabajadores acreditados, le ha permitido que los inversionistas no le exijan mayores rendimientos desde su incursión en el mercado en 2004.

“Los certificados bursátiles de Fonacot pagan tan sólo un poco más de la tasa TIIE, lo que refleja el nivel de seguridad y certidumbre que observan los inversionistas del mercado en la deuda del fondo, dice María Tapia, analista de Standard & Poor´s.

“Más de 5 millones de trabajadores conforman el mercado que atiende Fonacot y su potencial resulta inmenso, agrega la analista de S&P. Los empleados que tienen acceso a los préstamos al consumo que asigna Fonacot registran ingresos de entre 5 y 20 salarios mínimos, por lo que el objetivo es entregar financiamientos con descuento vía nómina para más de 12 millones de asalariados y con registro ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

“De hecho, para este año se estima que Fonacot no tendría problema alguno en volver a colocar el mismo nivel de recursos que alcanzó el año pasado y que superaron los 2 mil 500 millones de pesos.

“Para llegar a los mercados de deuda, el fondo aplicó una profunda reestructuración en los esquemas de generación de cartera y cobranza que, además, le permitieron ingresar en el segmento de créditos a pequeñas y medianas empresas como parte del programa de cadenas productivas que impulsa Nacional Financiera.

“El exsecretario del Trabajo durante el gobierno de Vicente Fox, Carlos Abascal, nombró en la dirección general de Fonacot, a Arsenio Díaz Escalante, un financiero egresado de la maestría en Alta Dirección del IPADE, cuyo objetivo al llegar al cargo era convertir a la entidad en un organismo eficiente, rentable y transparente.

“En 2004, S&P señaló que el único riesgo al que se enfrentaba Fonacot era el político y la posibilidad de interrumpir la gestión del fondo a cabo del equipo que inició la reorganización operativa. Pero al apoderarse el PAN de las elecciones presidenciales, Díaz Escalante fue ratificado en el cargo.”

Los secretos del fondo

Para catapultar el crecimiento de su cartera, en diciembre de 2004, Fonacot firmó con la empresa española Soluziona del Grupo FENOSA, un contrato por más de 10 millones de dólares para la implantación, operación y soporte de un avanzado sistema de crédito.

El contrato, adjudicado de manera directa a pesar de que la Ley de Adquisiciones y Obras Públicas exigía, por el monto involucrado, su licitación, representó para la compañía española el proyecto de consultoría más importante en el país.

De acuerdo con el sistema Compranet de la Secretaría de la Función Pública, Soluziona-México acumuló entre 2004 y 2005 contratos con la administración pública por más de 129.6 millones de pesos, monto en el cual destaca por su importancia el contrato adjudicado por la dirección general de Fonacot con más de 114.9 millones de pesos.

Los términos del contrato con Soluziona establecieron su vigencia del 2 de diciembre de 2004 al 30 de noviembre de 2006. Sin embargo, funcionarios del fondo, que pidieron omitir su nombre, confirmaron que dicho sistema nunca entró en operación y fue un verdadero fracaso.

De acuerdo con la Ley de Adquisiciones, Soluziona tendría que haber sido sancionada por los retrasos en la ejecución del contrato; sin embargo, ni el órgano de control interno del fondo, cómplice en los negocios irregulares, ni el sistema Compranet, registran dichas sanciones.

El sistema del cual se responsabilizó a Soluziona estaba planeado para que Fonacot cumpliera las mentas del sexenio de Vicente Fox, en las cuales se planteó la necesidad de contar con un sistema más robusto, modular y escalable, así como crear nuevos medios de disposición de crédito, lo cual representaba el proyecto más ambicioso de Fonacot.

La periodista Claudia Villegas, editora del El Semanario, escribía hace un año que “la dirección general de Fonacot aceptó en una reunión de trabajo, cuya copia estenográfica conoce este medio, que en los Centros de Trabajo autorizados para otorgar créditos con recursos de este fondo se ha generado información falsa para obtener financiamientos; falsificado información sobre los sueldos en nómina que afectó el nivel de cobranza.

“El año pasado, en esa reunión con el titular de Fonacot, Manuel Flores, comercializador en Michoacán de las motocicletas Vento, informó a Arsenio Díaz Escalante sobre este tipo de irregularidades en un intento por recuperar un adeudo superior al millón de pesos generado a partir de créditos con el Fonacot.

“En esa junta, Díaz Escalante reconoció el problema e informó sobre las denuncias penales en contra de 5 presidentes municipales que estaban involucrados en operaciones irregulares con recursos de Fonacot. Aseguró en ese momento que el expresidente Vicente Fox estaba al tanto del caso y que, según los afectados, involucra a funcionarios del propio fondo.

“Los inversionistas del mercado de valores no están al tanto de estos problemas ni del contrato firmado por Fonacot para mejorar su sistema de cobranza y generación de créditos. Si contrataran a un tercero, sería para aquella cartera vencida, sin descuento directo”, asume Tapia de S&P:

Conflictos de interés

Pero el contrato de Soluziona si bien es el más importante asignado por la dirección general de Fonacot, no es el único que genera suspicacias sobre la política de adjudicaciones aplicada por el fondo durante el gobierno foxista.

El Despacho Rafael Lores Rodríguez y Cía. que controla la empresa de servicios de outsorcing, Unibase, también ha recibido importantes contratos por parte del Fonacot. Se trata también de servicios para fortalecer las áreas de informática del fondo.

En 2002, este despacho obtuvo un contrato por 4.5 millones de pesos; en 2003 otro más por 4.1 millones y en 2004, el pago de servicios por 5 millones que se suman a los 5.9 millones obtenidos en 2005.

La misma empresa, entre 2002 y 2005 obtuvo contratos por más de 12 millones de pesos. Aún más, en 2004, sin licitación de por medio, obtuvo otro contrato más por 2.1 millones de pesos por asesorías en la bursatilización de cartera.

Pero más allá de los montos y los esquemas para la asignación de estos trabajos, destaca el hecho de que uno de los socios de este despacho, Rafael Lores Rodríguez, es miembro del consejo de administración de la Unión de Crédito para la Contaduría Público, en donde Arsenio Díaz Escalante es también socio y miembro del Consejo de Administración.

Si bien en 1993, la Unión de Crédito para la Contaduría Pública inicia su operación otorgando sólo créditos, principalmente, en el ramo de la contaduría y en apoyo a los profesionales de esta área, para 2006 sus actividades ya se habían extendido a la adquisición de automóviles y equipo de cómputo con una escasa actividad en la captación de recursos (con sólo un crecimiento de 1 por ciento) y un incremento superior al 2.2 por ciento en su cartera vencida respecto a su cartera total. Además, los gastos de administración de Unicon aumentaron más de 6 por ciento, de acuerdo con Fitch Ratings, la calificadora que da seguimiento a la evolución de sus operaciones que han sido ubicadas en la calificación de BBB, que revela una adecuada calificación crediticia pero con riesgos de cambios y de ver vulnerada su capacidad de pago.

Si bien Unicon no está relacionada con la empresa Unibase, beneficiada por los contratos del Fonacot, la coincidente participación de Rafael Lores Rodriguez y de Arsenio Díaz Escalante en el consejo de administración de la Unión de Crédito podría representar un conflicto de interés más para el funcionario público.

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