Esta semana el caso de Napoleón Gómez Urrutia volverá a las primeras planas cuando un juez federal de consigna libre una nueva orden de aprehensión en contra del líder minero por los delitos de fraude y presunto lavado de dinero. El motivo es que Napito, como le dicen sus fieles seguidores, volvió a rechazar la oferta del gobierno federal de renunciar a la dirigencia del sindicato a cambio de archivar las acusaciones en su contra y poder regresar al país de su exilio forzado en Canadá.
Como recodamos, el problema minero viene del sexenio anterior y es una herencia que dejó Vicente Fox a Felipe Calderón, e igual que ahora, Fox estuvo presionado por empresarios mineros, principalmente Jorge Larrea, de Grupo Minera México, para que el gobierno federal quitara de la dirigencia a Gómez Urrutia, quien manipula a su antojo a los trabajadores y os utiliza para presionar a las empresas y obtener beneficios económicos.
Esta vez con Napito fuera del país y varios de sus subalternos a salto de mata para eludir su captura y encarcelamiento, el gobierno calderonista quiso aprovechar esa circunstancia y repetir la práctica viciosa foxista de presionar al prófugo líder y negociar su renuncia a la dirigencia nacional del sindicato, pero para sorpresa de todos Gómez Urrutia rechazó la propuesta y eso enfureció al iracundo Felipe Calderón.
Fueron tres los funcionarios encargados por Calderón, entre ellos los secretarios de Gobernación y del Trabajo, Juan Camilo Mouriño y Javier Lozano, quienes pretendieron disuadir al líder minero de que lo más conveniente para él era dejar la dirigencia y a cambio recuperar su vida normal al lado de su familia. De no aceptar, le advirtieron, lo perseguirían junto con familiares, amigos y colaboradores hasta lograr encarcelar a todos.
Para el sector empresarial de la minería bajo ninguna circunstancia quiere que Napito siga al frente del sindicato, por lo que está dispuesto a hacer cualquier cosa para evitarlo. Por ello el procurador general de la República, Eduardo Medina Mora, se mantiene atento a las órdenes de Los Pinos, para consignar y capturar al líder minero y sus cómplices por el fraude y lavado de dinero de 40 millones de dólares. Esta acusación le ha permitido a la PGR y a la Secretaría de Hacienda investigar las cuentas bancarios de Napito en todo el mundo, pues de acuerdo con el expediente el líder minero tiene la misma afición de Raúl Salinas de Gortari, acumular fortunas en cuentas bancarias del extranjero, como Estados Unidos, Inglaterra, Suiza y otros países de Europa, además de los paraísos fiscales.
Tres años de investigaciones
El expediente de Napoleón Gómez Urrutia viene desde 2006, cuando la PGR abrió la averiguación previa UEIDFF/FINM02/64/2006 el 15 de febrero de ese año, en donde se involucra a 27 personas relacionadas con el líder minero como probables responsables de la comisión del delito previsto en el artículo 113 Bis de la Ley de Instituciones de Crédito, al disponer indebidamente de 40 millones de dólares propiedad de los trabajadores y después ese dinero fue transferido por los circuitos financieros de México a cuentas privadas en bancos extranjeros, a fin de evitar que dichos recursos pudieran ser rastreados por la autoridad, con lo que se configuró el segundo delito de blanqueo de capitales de procedencia ilícita.
Según las primeras indagaciones de la Procuraduría, el líder Napoleón dispuso de 55 millones de dólares que no le pertenecían para depositarlos en cuentas bancarias a nombre del sindicato y de ahí repartirlos arbitrariamente entre trabajadores, extrabajadores, cómplices, familiares, a su nombre, a terceras personas y prestanombres en el extranjero. De ese total, según la PGR, Gómez Urrutia dispuso de 35 millones de dólares para ocultarlos fuera del país a través de maniobras financieras.
Entre los involucrados en el fraude a los trabajadores mineros destacan familiares de Napoleón, como su esposa Oralia Casso Valdez, quien según la PGR encubre, sirve de prestanombres, participa en las decisiones del sindicato, maneja grandes cantidades de dinero en efectivo para apoyar actividades ilegales y utiliza a familiares para depósitos bancarios.
Tadeo Casso Valdez, cuñado de Napito, es prestanombre en la empresa Excelencia Numismática y era director de la sucursal Legaria de la Casa de Moneda, cuando Napoleón Gómez Urrutia era su director general y traficaba con materiales extraídos ilegalmente de la Casa de la Moneda, según la PGR.
Ernesto Gómez Casso, hijo del líder minero, está relacionado con drogas, de acuerdo con el expediente de la PGR, y también recibió fuertes cantidades de dinero procedente de las cuentas del sindicato, además de ser uno de los operadores de las actividades ilícitas. Las investigaciones judiciales apuntan que Gómez Casso es inversionista y esa actividad lo ha relacionado con personas vinculadas al narcotráfico, como es Eduardo Reséndez, considerado el cerebro financiero del Cártel de Juárez, a quien le fondeó recursos de una papelera de su propiedad Laskim al restaurante Mirabau, propiedad de Gómez Casso.
Humberto Felipe de Jesús Torres Kuri, cuñado del líder petrolero y esposo de María de Lourdes Casso, también prestanombre de actividades ilícitas. Alejandro Gómez Casso, otro hijo del líder y quien trabajo en la empresa Altos Hornos, tiene junto con la esposa de Napoleón la mayor influencia en el líder y es el contacto con los empresarios Sergio y Raúl Gutiérrez Muguerza y Alonso Ancira Elizondo, quienes sirvieron para que el líder estableciera acciones para fortalecer al sindicato y a su líder a costa de otras empresas mediante entregas de dinero para financiera en forma ilegal campañas sindicales en perjuicio de otras empresas de la industria minera y de la siderurgia.
Santiago Garza es prestanombre y amigo cercano del líder Napito, socios en una casa de campo en el estado de Morelos y su empresa Comextra de traslado de valores, se ha visto favorecida con las influencias del líder Salomón Gómez Urrutia, quien amedrenta a sus clientes a través del sindicato.
El empresario Rodolfo alias “Rudy” Montalvo, radicado en la ciudad de Mc Allen, Texas, amigo y socio del excerebro financiero del Cártel de Juárez, Eduardo Reséndez, quien fue asesinado. La amistad entre Napoleón, Montalvo y Reséndez se inició, según la PGR, desde finales de los años setenta, cuando Reséndez era asesor de Javier Lobo, dueño de la empresa Protexa y el líder minero era director general de la Casa de Moneda. Montalvo y Napito continuaron su relación de negocios con la compra venta de metales preciosos sustraídos de la Casa de Moneda.
Eduardo Maíz Monfort y Javier Maíz Martínez, cerebros y asesores financieros de Gómez Urrutia, realizan la ingeniería para desviar los ingresos ilícitos del fraude en perjuicio de los miembros del sindicato, así como ejecutar los chantajes.
Los miembros del comité ejecutivo nacional del sindicato minero, Juan Luis Zúñiga Velásquez, José Angel Rocha Pérez, Caros Pavón Campos, Constantino Romero González y Baltasar Zárate García, están acusados por la PGR de encubridores y operadores de Napoleón Gómez Urrutia.
Marcelo y Armando Familiar de la Garza y Manuel Familiar Haro son prestanombres de Napito en sus actividades ilícitas; los dos primeros a través de las empresas Wathers y Véctor Casa de Bolsa, y Manuel con Seguros Argos.
Los empresarios Sergio y Raúl Gutiérrez Muguerza, y Alonso Ancira Elizondo son asesores financieros de Napito y hacen entrega de dinero para favorecer a sus empresas y lograr que el sindicato perjudique a otros grupos empresariales competidores y así ganar participación en el mercado.
Jorge Claudio Leipen Garay fue reclutado por Napoleón cuando dirigió Sidermex y ahora es prestanombres del líder minero, pues no reporta ingresos fiscales desde hace varios años; sin embargo, tiene inmuebles y cuentas bancarias con saldos y movimientos elevados.
Moisés Kolteniuk Toyber, excoordinador general de Minas en la Secretaría de Comercio, realizó operaciones irregulares con Napoleón, quien lo colocó en Altos Hornos de México que dirige Alonso Ancira, desde donde sirve de enlace para realizar apoyos económicos ilegales a favor del líder minero.
Juan Linares Montufar, Juan Luis Zúñiga Velásquez, Juan Pablo Patiño Rocha y Héctor Félíx Estrella, miembros del comité directivo del sindicato, son coparticipes de disponer indebidamente de los fondos sindicales.
Según la PGR, la mayoría de las personas mencionadas tienen a su nombre inmuebles y cuentas bancarias con elevados saldos, sin embargo no reportan al fisco sus operaciones. “No reportan a la Secretaría de Hacienda los ingresos que depositan, muchos de los cuales provienen de actividades en México y en el extranjero relacionadas con el líder Napoleón, que utilizan tácticas y engaños, prácticas hostiles y amenazas a empresas y trabajadores como un medio para fortalecerse y conseguir sus propósitos y el de otros empresarios cómplices, desestabilizando con ello la paz laboral sindical y que esta táctica les ha redituado altos ingresos y beneficios en México y en el extranjero.
Como ejemplo de estas conductas lo llevaron a conseguir 55 millones de dólares de Grupo México, fondos que no han sido cuestionados por la autoridad ni por los integrantes del organismo sindical, pero sí por la base trabajadora, que Napoleón Gómez Urrutia utiliza también para sus actividades ilícitas de sustracción de recursos, ocultamiento y lavado de dinero a las empresas: Seguros Argos, De Acero, Aceros Nacionales, Altos Hornos de México, Grupo Acerero de Acero, Grupo Acerero del Norte, Digital Media Technologies, Kut & Company, Minera del Cubo, Walter Lee Asociates, Productora de Cospeles, Comextra, joyerías propiedad de de Rodolfo ‘Rudy’ Montalvo y la Asociación Política Cambio Democrático Nacional (Cadena)”.
Entre otras personas y empresas involucradas en el lavado de dinero estarían: María del Carmen Páez Martínez de la Garza Evia, Guillermo Sepúlveda, Bernardo Ortiz Garza, Gerardo Califa Matta y Magda Perla Cueva de Califa, y las empresas Talebi Rug Gallery, Galería Judin AG., Happy Lion L.L.C., Selahattin Turkkan USD.,e International Metal Workers Federation.
Entre los informantes de la PGR, el expediente señala a Luis Espinosa Mendoza, quien laboró para la familia del líder petrolero como chofer durante varios años; Mario Alberto González Páez, René Ramírez Reséndez, Carlos Aníbal Oropeza Prado y José Luis Pérez Vilchez, asistentes personales del líder Napoleón Gómez Urrutia.