Lunes 3 de abril de 2006

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En mayo de 2004 se inició el proyecto de credencialización inteligente “Tu Salud”, con el objetivo principal de controlar el abasto de medicamentos a derechohabientes beneficiados con el Seguro Popular, pues actualmente los gobiernos estatales son los responsables de la compra masiva, almacenaje, administración y entrega de dichos medicamentos, sin control, alguno por parte de la Federación. Como se sabe, los sectores salud y de educación son entidades descentralizadas, por lo que los estados de la República manejan los recursos que les entrega el gobierno federal y nombran a los responsables sin intervención del centro.
Pues este proyecto de credencialización incidido en mayo de 2004 suponía que se utilizaría una tarjeta de las llamadas “inteligente”, la cual incluye un chip y tecnología de punta, en donde se encripta un expediente clínico-médico electrónico del usuario, pero todo ha sido un verdadero fracaso, ya que hasta febrero de 2006 no se logra aplicar y sólo faltan unos cuantos meses para que termine la administración de Vicente Fox.
Los responsables de este proyecto son el director general de Procesos de Credencialización, licenciado Manuel Martínez Olguín; el director general adjunto, químico Carlos Eduardo Cabrera Hidalgo, y el geólogo Ernesto Rocha Santoyo, quienes como antecedente fueron también los responsables de las tarjetas para la entrega de combustibles como Diesel y gasolina en un programa de la Secretaría de Agricultura y, hasta donde se sabe, este proyecto ha sido un fracaso.
En el caso del Seguro Popular, después de un año y medio de iniciado el proyecto y de realizar programas pilotos en los estados de Aguascalientes, Colima, Chihuahua, Baja California y Distrito Federal, a la fecha esos lugares no tienen resultados positivos. De igual forma en la Comisión Nacional de Protección Social en Salud (CNPSS) todo se ha ido en planes, reuniones y compromisos con los diversos estados, pero nada se ha podido concretar.
Lo más extraño ocurrió el 6 de enero de 2005, cuando el presidente Fox entregó credenciales a niños con cáncer internados en el Hospital Infantil de la ciudad de México, en donde resulta que las “credenciales inteligentes” eran apócrifas porque no tenían función alguna ni contenían información en el supuesto chip ni tampoco el expediente clínico electrónico de cada paciente, como engañosamente le hicieron creer al primer mandatario los responsables del Seguro Popular.
Y el motivo es que en diciembre de 2004 la empresa Inbursa, recomendada por el secretario de Hacienda, realizó la producción de 10 credenciales para los niños con cáncer, mismas que entregó como símbolo del programa el presidente Fox el 6 de enero de 2005. Un mes después, solicitaron otra vez el apoyo urgente a Inbursa para realizar otras 365 credenciales para niños con cáncer y éstas fueron entregadas otra vez por Fox, pero ante la escena conmovedora del presidente se ordenó que el acto propagandístico se realizara en Los Pinos para una mayor difusión. Cabe aclarar que dicha empresa privada nunca firmó contrato alguno para la producción de credenciales ni recibió el pago correspondiente por el apoyo solicitado.
Así, en abril de 2005 la empresa Intelogik entregó a la Dirección General de Procesos de Credencialización 25 computadoras y tres lap-top para iniciar los trabajos de “enrolamiento”, equipo que fue enviado a Mexicali, Baja California; Aguascalientes y Chihuahua, en donde se tenía planeada arrancaría formalmente el proceso de credencialización, pero hasta el 2006 eso no ha ocurrido, lo que hace creer que se trata más bien de un proyecto político electorero que de un verdadero programa de asistencia social en materia de salud para las millones de familias que están en pobreza extrema.
El 27 de septiembre de 2005, el director de Procesos de Credencialización de la CNPSS, Manuel Martínez Olguín, y el secretario particular de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Salvador Corona Hernández, firmaron el acta de entrega de “credenciales inteligentes” del Seguro Popular; sin embargo, dichas credenciales tampoco cuentan con el famoso expediente clínico, de tal manera que su principal motivo es falso.
Por todo lo anterior, es evidente el compromiso que había de la CNPSS con algunas empresas para otorgarles los contratos de servicio de credencialización, lo cual para las beneficiadas significa ingresos por cientos de millones de pesos, pero el malestar crece por la manipulación de las licitaciones y las quejas ya se hicieron presentes ante la Secretaría de la Función Pública.
Esto hace suponer que la Dirección General de Procesos de Credencialización vela producción de credenciales como un negocio rentables, pues con el presupuesto de 2005 planean producir 3.5 millones de credenciales familiares que apenas en diciembre de 2005 fueron licitadas y que hasta marzo de 2006 no han podido concretar el proyecto.
Además, en los gobiernos de los estados hay inconformidad por saber que les quitarán un instrumento de captación política, pues anteriormente eran los gobiernos estatales los responsables de elaborar credenciales para la afiliación y servicio de los derechohabientes.
De los 9 millones de credenciales personificadas que se tienen programadas para 2006, aún no se ha establecido todo el equipamiento para la atención directa en clínicas, hospitales y farmacias oficiales, lo que pronostica una inversión multimillonaria que traería muy pocos beneficios a los derechohabientes del mal llamado “Seguro Popular”.
Entre los cuantiosos presupuestos autorizados para este fracasado programa, hay evidencias del oficio número 03960 con fecha 6 de diciembre de 2005, en donde se tiene la autorización de ejercer 80.5 millones de pesos en el Programa de Implementación de Tarjetas Inteligentes.
Con fecha del 7 de diciembre de 2005, otro oficio número 03397, bajo el concepto de “licitación anticipada”, se autoriza la ampliación presupuestal de 293 millones 844 mil 873 pesos para el mismo programa.
En la segunda quincena de diciembre de 2005, se da el fallo de la licitación y se adjudica a la empresa Image-Technologi México, conformada por las empresas Inbursa e Intelogik.
De todas las credenciales que se han entregado en actos oficiales encabezados por el presidente de la República, ninguna es funcional, pues sólo han sido utilizadas para tratar de recomponer la imagen presidencial. Es el caso también de las credenciales que se dieron a los programas de adultos mayores con enfermedades de cáncer uterino, cataratas en los ojos, braseros y la familia 2 millones afiliada al Seguro Popular.
Este proyecto lo manejo inicialmente el Registro Nacional de Población, dependiente de la Secretaría de Gobernación, quienes tendían la intención de convertirla en “Tarjeta de Identidad”, con acreditación similar a la credencial de elector, pero el proyecto fracasó en manos del entonces secretario Santiago Creel Miranda y posteriormente se adjudicó a la Secretaría de Salud a través del llamado “Seguro Popular”, el cual contempla para el 2010 entregar que más de 50 millones de credenciales, lo que se ve no sólo difícil de cumplir, sino que primero tendrán que explicar el enorme gasto y las múltiples anomalías en las licitaciones y el engaño en el que han metido al presidente de la República.
Turismo en la agenda trilateral
Mientras en el salón Condesa 1-B del Hotel Fiesta Americana Condesa de Cancún concluía la reunión bilateral entre George W. Bush, presidente de Estados Unidos, y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, la cúpula del empresariado mexicano encabezados por Gastón Azcárraga y José Luis Barraza se reunían en privado con Rodolfo Elizondo, secretario de Turismo del gobierno foxista, y con Chris Padilla, asesor del titular del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Alberto R. Gonzales.
Hacia las 18:00 horas del pasado jueves, tanto Rodolfo Elizondo como el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, encaminaban sus pasos al Salón Península 1 donde tendría lugar la reunión privada con el sector privado mexicano, así como los invitados de Estados Unidos y Canadá.
Ahí Rodolfo Elizondo reconoció que en lapso de recuperación de Cancún, tras el paso del Huracán Wilma, se registraron quejas de que los operadores turísticos no reservaban los lugares de sus clientes y tuvieron en muchos casos que regresar el dinero y en otros reintegrar los vuelos con el consecuente enojo de turistas.
También señaló que las embajadas de esas naciones pidieron que al registrarse los huéspedes en los hoteles se les exija identificación y su nacionalidad, pues al ser México un país inseguro eso ayudará en las labores de rescate en caso de desastre.
El funcionario federal presentó un video con duración de cinco minutos en el que los líderes empresariales mexicanos, canadienses y de Estados Unidos apreciaron crudamente la afectación que sufrió Cancún tras el paso del Huracán Wilma.
Posteriormente el secretario mencionó que en Cancún vive aproximadamente un millón de personas, destino que junto con la Riviera Maya cuenta con 50 mil cuartos de hotel, con lo que se genera una derrama de 4 mil millones de dólares.
Cancún, insistió, es una historia de éxito y “por eso importa mucho lo que sucedió aquí hace casi seis meses, porque nadie imaginó la intensidad de los huracanes, especialmente el Wilma: la buena noticia es que ahora ustedes están aquí y son testigos de la recuperación de este destino turístico”.

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