Lunes 15 de diciembre de 2014

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Bajo investigación del Servicio de Administración Tributaria (SAT), empresas de la multinacional de origen estadounidense The Coca-Cola Company, han defraudado a empresas mexicanas que contratan para realizar servicios bajo el esquema de outsourcing y al final, además de explotar a los trabajadores, desconoce los acuerdos y deja a dichas empresas con deudas millonarias con autoridades tributarias, con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y con trabajadores a quienes no les reconocen sus derechos, antigüedad ni reparto de utilidades.

Sin embargo, este abuso de la trasnacional estadounidense no se trata de un fenómeno exclusivo de México. En octubre de 2013, los trabajadores de una fábrica de la multinacional Coca-Cola en Sha Tin, Honk Kong, iniciaron una huelga en contra de las operaciones de la multinacional luego de haber sufrido despidos y de confirmar que sus salarios eran más bajos a los del promedio del mercado, debido a que se les había contratado bajo un esquema de outsourcing.

La subcontratación de trabajadores a través de compañías locales es una de las prácticas con las que la multinacional Coca-Cola sostiene su estructura de utilidades y márgenes de operación. Ahora mismo, The Coca-Cola Company prepara un recorte de personal que afectará en mayor medida a trabajadores mexicanos que han sido contratados mediante sistemas de outsourcing o subcontratación.

En México, por ejemplo, los servicios de su corporativo en la calle de Rubén Darío, en la colonia Polanco del Distrito Federal, han estado a cargo de empresas con las que se han firmado contratos de outsourcing. A las empresas mexicanas – generalmente pequeñas y medianas – The Coca Cola Company les pide que contraten personal a su nombre y que la utilidad máxima se ubique en 8 por ciento, al menos de acuerdo con las políticas más recientes de ese corporativo. Sin embargo, los pagos llegan después de cinco meses y esto les provoca una total descapitalización.

La empresa Goldmant Services es una de esas compañías que, desde enero de 2002, firmó contratos de outsourcing con The Coca-Cola Company. Esa compañía contrató para la refresquera a trabajadores con sueldos unitarios que iban de los 3 mil a los 20 mil pesos. Así cubría servicios generales, lavado de vehículos, almacenistas, meseros, personal administrativo, auxiliares de mantenimiento y conserjes en casas de descanso de los directivos de la firma estadounidense en regiones como Cuernavaca, Morelos.

The Coca-Cola Company constituyó, a su vez, otras empresas como la intermediaria Hines Interest y Servicios Integrados de Administración y Alta Gerencia, las cuales exigían que cubrieran los salarios con un costo social que representara el 14 por ciento de la utilidad obtenida en este negocio de outsourcing. Por parte de The Coca-Cola Company los contratos de outsourcing los firmaba Lyman Daniel, que operaba la firma Hines.

El problema para las compañías que operan con The Coca-Cola Company es que la multinacional, a pesar de que se compromete a liquidar facturas en un plazo máximo de ocho días, el pago de éstas se extiende hasta por 150 días, lo que constituye para muchas de estas empresas la descapitalización y quiebra de sus transacciones. No sólo eso, con este tipo de prácticas The Coca-Cola Company también obstaculiza que sus empresas contratistas, bajo el esquema de outsourcing, cumplan en tiempo y forma con el pago de impuestos locales y federales, así como el pago de la misma nómina.

Aunque The Coca-Cola Company realiza licitaciones para definir los servicios, al final impone las condiciones que necesita para garantizar sus utilidades.

The Coca-Cola Company también modifica las condiciones del contrato cuando registra un cambio de directivos y transforma, de manera unilateral, las condiciones de los contratos. Este fue el caso de la directora de administración de The Coca-Cola Company, María Cecilia De los Milagros, quien solicitó a las empresas de outsourcing que disminuyeran sus márgenes de utilidad del 14 al 8 por ciento y con la promesa de que el pago de la multinacional a sus proveedores de servicios se daría en ocho días, tras la presentación de la factura de manera anticipada. Pero no fue así y la descapitalización de lass compañías de outsourcing continuó.

Por ello, The Coca-Cola Company ahora enfrenta la demanda de la compañía Goldmant Services, que cumplió con todas las exigencias de la multinacional pero que, al final no sólo descapitalizó sus operaciones sino que quedó fuera de los contratistas de The Coca-Cola Company.

A nivel mundial, la multinacional estadounidense ha logrado grandes ganancias a partir de su estrategia de outsourcing. La clave es la siguiente y el ejemplo de Goldmant Services así lo demuestra, según lo establece la demanda presentada contra la multinacional estadounidense:

“Aunado a la reducción de utilidades a nuestra empresa, con las ausencias por inasistencia del personal, en nuestra iguala mensual por los servicios nos era descontado el monto del importe por concepto de salario, pero si se exigía la calidad y cobertura de todas las áreas de trabajo, por lo que de nuestra parte pagábamos tiempo extra al personal que apoyaba en la operación faltante por ausencia de personal, mismo que no nos era pagado aun con el conocimiento y negación de aceptación de los importes correspondientes, bajo el argumento de que se debería considerar en la igual respectiva”, señala Goldmant Services.

Además, como el personal de Goldmant tenía presencia en todo el edificio de The Coca-Colca Company, se exigía el pago de la reparación de cualquier daño con la presión de no perder el contrato. De la misma forma cuando había un faltante ya fuera de dinero o un bien material en el edificio, se incriminaba a nuestro personal sin pruebas y la exigencia de la reparación del daño. Estos abusos se en marcan en una serie de prácticas discriminatorias que violan la Ley Federal del Trabajo.

El modelo para descapitalizar

Salarios impuestos y retraso en los pagos generaron la descapitalización de la compañía y, al final, la pérdida del contrato. Coca-Cola, sin embargo, no acepta su responsabilidad como patrón solidario. Además, después de recontratar a los trabajadores de Goldmant sin reconocer su antigüedad, incitó a los trabajadores que había contratado Goldmant para que la demandaran. Esas son las prácticas sucias de The Coca-Cola Company.

“Coca-Cola convocó a todo el personal que prestaba sus servicios a través de Goldmant a una reunión en donde les explicaba que pasarían a formar parte de la empresa Brillolim y que se había convocado a representantes de Goldmant para que acudieran dicha reunión, argumentándoles a los trabajadores que se les había abandonado y tendrían que demandar laboralmente a la empresa, siendo que en ningún momento fuimos requeridos para tal efecto y nos enteramos que se les había prohibido tener contacto con Goldmant Services, S.A. de C.V. y efectivamente no hemos tenido contacto con el personal desde el día 10 de Octubre 2014”, establece la demanda contra The Coca-Cola.

Ahora, a la empresa multinacional se le demanda el cumplimiento de los contratos de prestación de servicios en virtud de que los mismos no pueden ser terminados en forma unilateral; los daños y perjuicios, daño moral y el pago de obligaciones obrero patronales, derivadas de la Ley Laboral, del Código Civil y las prestaciones legales y contractuales por la prestación de servicios de limpieza, cuidado de los inmuebles y demás áreas comunes, jardinería y todo lo relacionado con el objeto de los contratos de prestación de servicios.

El engaño de Coca-Cola

Fue en 2009 cuando el modelo de subcontratación de The Coca-Cola Company se colocó bajo los reflectores. Un exdirectivo de la firma que fue contratado bajo el esquema de outsourcing, Ángel Alvarado denunció ante la Procuraduría General de Justicia, en la Fiscalía para Delitos Financieros, que la compañía incurre en fraudes por simulación para despojar a sus trabajadores del beneficio de sus utilidades.

Fue mediante la compañía Servicios Integrados de Administración y Alta Gerencia, que Ángel Alvarado recibió un cheque que puso en evidencia las prácticas de simulación en las que incurre la empresa que en México se denomina Coca-Cola Export Corporation.

Alvarado encontró el acta constitutiva de Servicios Integrados de Administración y Alta Gerencia y confirmó la simulación, porque se argumenta que los trabajadores contratados por esta compañía no trabajan para Coca-Cola.

Por ello, desde hace más de una década, la sede de Coca-Cola en México buscó contratar a pequeñas y medianas empresas para realizar las estrategias de outsourcing.

Es precisamente Servicios Integrados de Administración y Alta Gerencia la empresa que defraudó a Goldmant Services al negarse a reconocer un contrato vigente y reducir constantemente los márgenes del acuerdo de terciarización de servicios. Ahora la Ley Federal del Trabajo establece que Coca-Cola – a pesar de incurrir en prácticas de outsourcing – tiene obligaciones como patrones solidarios que no debería eludir.

En la Procuraduría General de la República (PGR), a través de su Fiscalía para Delitos Fiscales, se conoció ampliamente el caso y se reconoció que la multinacional de las bebidas carbonatadas estaría incurriendo en delitos que perjudican al fisco.

oficiodepapel@yahoo.com.mx

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