Lunes 27 de diciembre de 2010

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Los contratos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (PEMEX) son el principal objetivo de muchos grupos de poder dentro y fuera del país porque concentran la mayor parte del Presupuesto de Egresos de la Federación para obra pública.
En México, el Grupo Carso de Carlos Slim, a través de la constructora IDEAL, así como el grupo ICA han buscado mantener su lugar y participación en el mercado de los contratistas del sector de la energía aunque la competencia de multinacionales ha sido constante y depredadora para muchas compañías mexicanas.
Han desaparecido, de hecho, empresas como Bufete Industrial. Los contratos de PEMEX y CFE también han sido motivo de ambición y luchas internas de grupos ligados con influyentes políticos.
Se trata de un gran tesoro con un flujo constante y seguro que se administra de manera independiente a lo que suceda con la economía del país. PEMEX, por ejemplo, planea invertir un promedio anual de 369,000 millones de pesos durante los próximos nueve años y será entre 2012 y 2014 cuando se registren los niveles más altos de ese flujo de recursos.
Además, los contratistas de PEMEX aún esperan las inversiones por 8,000 millones de dólares para la refinería que se localizaría en Tula, Hidalgo. No sólo eso, las modificaciones a la legislación de la industria petrolera permitirán que PEMEX aplicara esquemas más flexibles y eficientes para la contratación de servicios a través de licitaciones públicas. Así, se esperan millonarios contratos para Chicontepec y las aguas profundas del Golfo de México. Sin embargo, la corrupción y la falta de transparencia han caracterizado, en muchos casos, el ejercicio de estos recursos y esa situación promete no cambiar.
Hasta ahora, sin embargo, no se había formalizado la participación privada en el financiamiento del mercado de contratistas del sector petrolero. Ese es otro gran negocio que hace a muchos frotarse las manos.
La banca comercial, al menos los seis principales bancos del sistema, habían concentrado la mayor parte de los créditos que necesitan los contratistas de PEMEX y CFE para cumplir los compromisos con estas paraestatales.
En medio de este escenario, surge la Sociedad Financiera de Objeto Múltiple (SOFOM), Navix, que siendo un intermediario no regulado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el Banco de México o la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), participa en el mercado del financiamiento de contratistas de PEMEX con más de 60 millones de pesos y que hace unos días obtuvo de las AFORES, de los fondos de pensiones de los trabajadores mexicanos, al menos 4,000 millones de pesos.
El nombre de Navix y de los fondos internacionales que la acompañan en la operación que se cerró a través de la Bolsa Mexicana de Valores pasaría prácticamente desapercibido si entre sus directivos y fundadores no figurara el nombre Gonzalo Gil White, hijo del ex secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, el funcionario que, desde la SHCP, impulsó, casualmente, la aprobación de la figura de las Sociedades Financieras de Objeto Limitado (SOFOLES) – que después se convirtieron en SOFOMES – con el objetivo de impulsar los créditos para el sector productivo ante las restricciones que aún enfrentaba la banca múltiple en sus políticas de financiamiento. Las SOFOMES han surgido como hongos bajo la lluvia y las señales de alerta comienzan a encenderse ante problemas de cartera vencida. En Navix, además, participa como socio minoritario Citigroup, que controla Banamex y que, en teoría, debería otorgar créditos al sector petrolero de forma directa.
Pero volviendo al caso de las SOFOMES, el propio ex gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, ha encendido la alarma sobre la presencia de actividades vinculadas con el lavado de dinero que utilizan estos intermediarios no regulados.
La cartera vencida de estas entidades también preocupa a las autoridades porque han encontrado en los créditos con descuento a nómina de gobiernos municipales y estatales un negocio seguro pero con escasos controles de riesgo. Allí está el caso de los problemas que enfrentaron varias SOFOMEX que otorgaron créditos al gobierno del Distrito Federal y que, ante los retrasos en las participaciones federales, enfrentaron problemas para cobrar los préstamos otorgados.

Fideicomiso, el sello de Gil

Por eso llama la atención que Gonzalo Gil White, socio de Navix y quien en su currículo destaca su experiencia en Goldman Sachs así como en Equity Group Investments, la compañía de inversión del financiero Sam Zell, haya decidido participar en el mercado de créditos para el sector petrolero a través de una SOFOM.
Él mismo reconoció ante la prensa que esta figura permite una mayor flexibilidad frente a las políticas tradicionales de la banca. Pero, además del sello de Gil Díaz en la figura que escogió la intermediaria y fondo de su hijo para participar en el sector petrolero destaca otra coincidencia: la creación de un fideicomiso como el elemento central de la operación, se trata del Fondo Inversión en el Sector Energético (FISE), en el cual, para otorgar créditos a los contratistas de PEMEX y CFE, deben depositar derechos de tesorería que garanticen el cobro y el seguimiento de las inversiones. El equipo de Gil White tendrá derechos de tesorería para vigilar que se cumpla el contrato comprometido y que se apliquen de forma efectiva los préstamos otorgados.
La estructura de un fideicomiso permite a Navix adquirir derechos sobre los recursos obtenidos vía el mercado de valores pero también diseñar reglas convenientes para no enfrentar mayores responsabilidades en caso de incumplimiento de los contratistas. Una de las advertencias que se hace a los inversionistas – los trabajadores cuyas SIEFORES decidieron invertir en Navix – es que, en caso de problemas o retrasos en los contratos con PEMEX o CFE, no se pagarán intereses moratorios.
El llamado FISE, en sus documentos públicos enviados a los inversionistas del mercado de valores, asegura que busca optimizar la relación riesgo-rendimiento en inversiones con proyectos en el sector energético. El esquema que Navix ha diseñado permite – de acuerdo con la promesa hecha a los inversionistas – hacer más eficiente el impacto fiscal, brindar transparencia respecto de la utilización de recursos y reducir las pérdidas potenciales mediante la captura de la utilidad esperada del proyecto.
No sólo eso, durante el periodo de revolvencia, FISE advierte que, una vez que cuente con un portafolio de créditos cedidos por los contratistas lo bastante robusto, con financiamientos cuya amortización se encuentre entre 9 y 60 meses, podrá bursatilizar la totalidad o parte del portafolio de créditos cedidos con el objeto de buscar incrementar los rendimientos del vehículo. Navix promete en el largo plazo – más de 20 años – un rendimiento mínimo de 16 por ciento mientras otros fondos de inversión prometen al menos 25 por ciento con un riesgo mucho menor.
Además, hasta ahora este tipo de operaciones estructuradas – incluyendo procesos de bursatilización – no son muy comunes en el mercado mexicano y vigilar el riesgo, para velar por los recursos de los trabajadores depositados en sus pensiones, podría representar una operación altamente riesgosa.
En la aventura de Gonzalo Gil White, lo acompañan Carlos E. Williamson, director ejecutivo de Originación de Navix, quien trabajó en Videovisa, Coronado, Televicentro así como José Antonio Cañedo, quien fue director de Banco de Inversión de Nafin.
Navix presume también su red de clientes y contactos desarrollados por su equipo durante los últimos ocho años, lo que le permitirá generar un flujo constante de prospectos y transacciones. Adicionalmente, dice, ha implementado un sistema de identificación dentro del cual se encuentra la construcción de una base de datos de compañías que participan activamente en licitaciones de PEMEX y CFE. Su objetivo son contratos por al menos 6,000 millones de pesos.

¿De dónde viene Navix?

La historia que públicamente da a conocer Navix se remonta a septiembre de 2007 con la alianza entre Axis Capital Management (AXIS), Eton Park Capital Management y Stara Investments. AXIS es una firma de inversión privada fundada en 1990 especializada en inversiones de capital de riesgos y en el diseño y ejecución de estrategias financieras de alta complejidad con más de 10,000 millones de dólares en operaciones completadas.
En 2002, AXIS identificó que a pesar de la estabilización de la economía mexicana y la creciente penetración del sistema financiero, existía una importante brecha entre la oferta y la demanda por financiamiento en México, particularmente para las empresas pequeñas y medianas, donde la mayor parte del financiamiento provenía de fuentes no bancarias, principalmente proveedores.
Por ello, AXIS decidió involucrarse de manera más activa, en calidad de agente, en el diseño de financiamientos estructurados que eran fondeados de manera independiente a través de la red de relaciones con diversos fondos e instituciones, principalmente internacionales, que el equipo de AXIS fue construyendo a lo largo de los años.
Fue en 2005, dice Navix en el prospecto de colocación, en respuesta la creciente demanda, principalmente de compañías en la industria petrolera que requerían de mayor agilidad en la ejecución de financiamientos, que AXIS constituyó una serie de vehículos especializados con recursos de inversionistas privados, nacionales y extranjeros que le permitieron canalizar recursos a esta industria de manera sistemática, conforme a los cuales no sólo era responsable de la originación y estructuración de los financiamientos sino también de la administración y monitoreo de los mismos.
AXIS obtuvo compromisos de fondeo por aproximadamente 475 millones de dólares que se han utilizado para financiar más de 570 millones de dólares en proyectos dentro de la industria petrolera logrando además que ninguno de ellos, a la fecha, ha presentado quebranto.
En 2007 AXIS decidió canalizar todas sus operaciones de financiamiento estructurado a través de una compañía independiente que tuviera una base sólida de capitalización creando así a Navix que se asoció con Eton Park Capital Managemente, que administra inversiones por 14,000 millones de dólares.
Después se incorporó Stara Investments, un fondo basado en Winsconsin con 17 años de experiencia y 10,000 millones de dólares en activos bajo manejo.
A mediados de 2008 y a pesar de la crisis por la que atravesaban la mayor parte de las instituciones financieras en el mundo, Navix logró firmar un programa de cofinanciamiento con Citigroup por 250 millones de dólares, el cual continúa operando exitosamente. A raíz de esta operación Citigroup decidió adquirir una participación minoritaria y pasiva en el capital de Navix. Al 15 de octubre de 2010, Navix ha participado en más de 45 proyectos en el sector energético los cuales tienen en promedio un valor de 62 millones de pesos. Las oficinas de Navix están ubicadas en Poza Rica, Veracruz, Villahermosa, Tabasco, Monterrey, Guadalajara, Puebla. Sin embargo, más allá del discurso corporativo, al interior de PEMEX observan con interés la amistad de Francisco Gil Díaz con el director de la paraestatal, Juan José Suárez Coppel.

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