Lunes 18 de agosto de 2008

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En la Secretaría del Trabajo y en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores no saben qué hacer con el Instituto del Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores, mejor conocido como Fonacot y que ha servido de apoyo crediticio para la clase trabajadora. El problema es que algunos burócratas coludidos con empresas privadas han desviado recursos y cometido fraudes que prácticamente tienen en quiebra técnica a este organismo descentralizado.

Ante ello, el secretario del Trabajo y el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores no saben cómo explicar al presidente Felipe Calderón la grave crisis financiera por la que atraviesa Fonacot, pues en sólo dos años de este nuevo gobierno panista prácticamente acabaron con el Instituto.

Javier Lozano, secretario del Trabajo, es presidente del Consejo Directivo de Administración del Fonacot y en consecuencia responsable principal de lo que allí ocurre, mientras que Guillermo Babatz, presidente de la CNBV, es el encargado de auditar y supervisar la buena operación financiera del Instituto, sobre todo porque éste colocado en el mercado de valores el 75 por ciento de su cartera, la cual asciende a unos 14 mil millones de pesos, lo que sin duda pondrá en alerta máxima a todos aquellos inversionistas que han comprado papel Fonacot en la Bolsa Valores.

A ese grave problema que tampoco deja dormir al director general de Fonacot, Arsenio Díaz Escalante, quien por cierto es de los pocos sobrevivientes del gobierno foxista que aún siguen con un cargo en el actual gobierno, hay que agregar que la cartera vencida de dicho organismo supera al mes de agosto los 2 mil millones de pesos, cifra que corresponde al 15 por ciento de su cartera total lo cual sumado al 75 por ciento de la bursatilización, tenemos unos 90 por ciento fuera de control.

Para explicar la crisis financiera por la que atraviesa el Instituto, Díaz Escalante fue citado la semana pasada a la CNBV, en donde Babatz y su equipo lo recibieron en medio de angustias y preocupaciones y le reconfirmaron la pésima administración en que está sumido Fonacot. La situación es tan grave, que la primera medida de la Comisión ante el desorden administrativo y financiero del Instituto, fue prohibirle a Díaz Escalante bursatilizar lo que resta de la cartera crediticia.

Este problema le abre al secretario del Trabajo otro frente adverso con el presidente de la República, a quien tendrá que informarle lo más pronto posible de la crisis que hay en Fonacot y de la cual no estaba enterado hasta que la CNBV concluyó su auditoría que duró más de seis meses, pues aunque esto no es un problema político sino una cuestión de mala administración, lo cierto es que se aproxima el proceso electoral de 2009 y ni el gobierno ni el PAN desean que la crisis de este Instituto encargado de otorgar créditos a los trabajadores vaya a generarles más problemas de los que ya tienen y por los cuales esperan unas elecciones adversas para el partido en el gobierno.

Elevada cartera vencida

Una investigación de la reportera Yenise Tinoco, publicado en la revista Contralínea, explica puntualmente la conformación de la conflictiva cartera vencida que acumula este organismo descentralizado, su pésima administración y el deficiente control del sistema crediticio, lo que convierten a Fonacot en un ente gubernamental incapaz para recuperar los créditos otorgados.

Los 2 mil millones de pesos de pérdidas por su mala administración equivalen al 15 por ciento de la cartera total administrada por Fonacot, que rebasa los 14 mil millones de pesos hasta el mes de agosto.

De acuerdo con trabajadores de ese Instituto que pidieron el anonimato para evitar represalias, hubo fallas en el Sistema de Administración de Crédito (Credere) y de la empresa Soluziona, responsable de administrar el programa de Fonacot.

Del total de la cartera de dicho Instituto, el 75 por ciento se ha bursatilizado, poco más de 10 mil millones de pesos, mientras que sólo cuenta con el 12.5 por ciento de la cartera total para el otorgamiento de créditos a los trabajadores afiliados.

El 24 de abril de 2006 se publicó el decreto por el que se creó el Instituto como un organismo descentralizado de interés social, con autosuficiencia presupuestaria, perteneciente a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. El objetivo es el de promover el ahorro de los trabajadores, otorgándoles financiamiento para la adquisición de bienes y servicios.

La investigación financiera de la reportera Yenise Tinoco precisa que apenas en noviembre de 2007 la cartera vencida de Fonacot superaba los 800 millones de pesos, lo que significaba un incremento de casi 50 por ciento en solo un año: el 7.3 por ciento del total de la cartera administrada en aquel momento, que era de 10 mil 840 millones de pesos. Mientras que de enero a noviembre de 2007 su cartera vigente disminuyó en 58.9 por ciento, de 3 mil 429 millones de pesos a 2 mil 20 millones. La cifra representa el 18.6 por ciento del total.

Fonacot se defiende

En una conversación telefónica con el director general de Fonacot, Díaz Escalante se defiende y asegura que se trata de una confusión en la CNBV, y afirma que en su reunión con Babatz le solicitó que hiciera una nueva auditoría, la cual estaría concluida para octubre o noviembre próximo, en donde se podría corregir los errores.

“El Instituto no tiene problemas tan graves como lo señala la Comisión (Nacional Bancaria y de Valores); sí hay problemas de cartera vencida pero no es tan elevada. Vamos a enviar más información a la Comisión que ahora no fue considerada y que es importante para la conclusión final”, argumentó el funcionario.

En entrevista con la reportera Yenise Tinoco, Díaz Escalante dice que la cartera vencida de Fonacot es de sólo 4.5 y no de 15 por ciento como sostiene la CNBV. Al 31 de diciembre de 2007 fue de 10 mil 452 millones pesos y, según el funcionario, en ese año se bursatilizaron 7 mil 880 millones de pesos.

Para justificar estas operaciones en la Bolsa, Fonacot argumentó la necesidad de fondear al instituto, aumentar su capacidad de operación y monetizar los créditos que otorga a los trabajadores. El mecanismo es la bursatilización de la cartera, que prevé la cesión de pagarés al patrimonio de un fideicomiso expresamente creado para este fin. La primera emisión de certificados bursátiles tuvo lugar en septiembre de 2003, por 500 millones de pesos.

A decir de Díaz Escalante, de 2003 a la fecha Fonacot colocó 24 mil 750 millones de pesos en el mercado bursátil. Adelanta que ahora intentará incursionar en los mercados de Londres y Canadá.

El titular de Fonacot explica que de 2000 a 2007, la bursatilización hizo crecer 10 veces a la dependencia. El año de mayor colocación fue el primero de la administración de Felipe Calderón: 1 millón 700 mil créditos, que representan 10 mil millones de pesos.

En 2008 busca colocar 3 millones de créditos por 3 mil 500 millones de pesos; es decir, 56 por ciento más préstamos, pero con un monto 35 por ciento menor al del año pasado.

Para desmentir la crisis en la que se encuentra inmerso, Díaz Escalante dice que el instituto ha ganado el ISO–9000 desde 2002, lo que refleja que toda la dependencia tiene la misma metodología de otorgamiento de crédito y recuperación de cartera. Hace seis años, comenta, se liquidaron todas las deudas que se tenían y se empezó a recibir el financiamiento comercial. En 2003 Fonacot contrató a Standard & Poor’s y Fitch Ratings para que evaluaran la cartera, que desde entonces es considerada triple A –cartera segura, rentable y bien manejada–. Según Díaz Escalante, ningún banco en México tiene tal calificación.

Además ambas consultorías calificaron de excelente la administración, al otorgarle las puntuaciones A1+ y F1+, dice el funcionario. El contrato con Fitch Ratings ascendió a 550 mil pesos. La institución, llamada en ese entonces Fondo de Fomento y Garantía para el Consumo de los Trabajadores, buscó calificar la emisión de certificados bursátiles, según consta en el portal electrónico de Compranet. En dicho sitio no se encontró ninguna contratación con Standard & Poor’s, como tampoco en el Portal de Transparencia.

En el Informe de resultados de la revisión y fiscalización de la cuenta pública 2006, la Auditoría Superior de la Federación señala que en la bursatilización para el financiamiento de Fonacot, el auditor externo observó que existe una falta de control por emisión de pagos y cobranza entregada a los fideicomisos emisores, que pudieran no ser confiables en los registros contables.

Respecto de la bursatilización de la cartera, la ASF constató que no se tiene implantado un manual de procedimientos o instructivo de operaciones donde se establezcan objetivos, políticas, alcance, marco jurídico, descripción de la operación y responsables de llevar a cabo los procedimientos, recabar la información y realizar las tareas para obtener las autorizaciones. Tampoco hay un manual para el registro y control de la operación.

Asimismo, la cartera castigada no tiene establecido un manual de procedimientos ni un instructivo de operación, con objetivos, políticas, alcance, marco jurídico, descripción de la operación y personal responsable. El monto de dicha cartera ascendía a 241 millones 643 mil pesos, al momento de realizarse la auditoría (2006).

Acerca de las observaciones hechas por el máximo órgano de fiscalización en México, el titular de Fonacot dice que son “tonterías”; pues, asegura, el manual sí existe. Explica que la realización de dicho manual fue una “consideración” que hizo el Consejo Directivo de la institución, a partir de una recomendación de la Contaduría Mayor de la Federación, como resultado del “éxito” de las colocaciones bursátiles.

“Nosotros no participamos solos en el procedimiento. Hay representantes de los inversionistas y cinco bancos internacionales involucrados en el manejo de la bursatilización de cartera: Scotiabank, Deutsche Bank, The Bank of New York, JP Morgan y Nacional Financiera. Es muy difícil hacer una tontería, porque estamos a la luz de grandes instituciones financieras que son altamente profesionales”, dice Díaz Escalante.

Sin embargo, una auditoría realizada por la Dirección General de Supervisión de Banca de Desarrollo y de Entidades de Fomento, dependiente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), revela que la normatividad interna de Fonacot carece de procedimientos para el tratamiento de las operaciones de venta de cartera. Además, señala el documento, no tiene un manual de créditos en el que se establezcan los procesos, metodologías, procedimientos y demás información necesaria para la originación y administración de los créditos.

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